Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
* ¿Es Tomás el candidato de Slim?
Ya demostró Tomás Ruiz, en su primer acto de proselitismo, en busca de la gubernatura de Veracruz, su capacidad de convocatoria.
Decenas de manifestantes de la organización denominada “Movimiento Popular Francisco Villa”, se congregaron frente al Palacio Legislativo para protestar porque aseguran que el Secretario de Infraestructura y Obras Públicas trae “perdidos” 25 millones de pesos que estaban destinados a la construcción y mejoramiento de carreteras en el estado.
Pero no sólo ellos aprovecharon la comparecencia del funcionario estatal ante los legisladores locales. La bancada del PAN mostró pancartas en las que denunciaban el “elefante blanco” en que se convirtió el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos y exigió castigo para los responsables del desvío de recursos que estaban destinados para esa obra.
Tomás Ruiz se asumió ante los legisladores de Veracruz como el salvador de la obra del túnel sumergido que -mencionó con insistencia- encontró “quebrada” y paralizada desde hace dos años.
En su intervención, el declarado aspirante a la gubernatura de Veracruz en el 2016 presumió que “la actual administración del Estado de Veracruz” (representada por él, por supuesto) “actuando siempre conforme a derecho y dentro de un proceso indeclinable de transparencia y rendición de cuentas; en abono de la gobernabilidad democrática; conciliando el ejercicio de gobierno con el respeto a los derechos de las personas, y privilegiando el interés público”, dialogó con los involucrados en el proyecto del Túnel Sumergido en el rio Coatzacoalcos, para concretar la conclusión de la obra y puesta en operación del túnel, así como el restablecimiento del equilibrio financiero de la concesión.
Tomás Ruiz admite que hubo irregularidades en el desarrollo de la obra, que representaron afectaciones hasta por 500 millones de pesos, tan sólo en las cuentas públicas del 2012 y 2013, por lo que el Orfis presentó denuncias de hechos ante la Fiscalía General del Estado, y hubo otra afectación financiera, detectada por la Auditoría Superior de la Federación en la revisión de la cuenta pública 2009, por 119 millones de pesos, pero la misma quedó solventada, al descontarse esa cifra de las ministraciones que se hicieron a la empresa constructora.
La obra estaba detenida porque la empresa constructora ya no tenía dinero para continuar, alegaba que el gobierno del estado había dejado de pagar trabajos que eran de su responsabilidad y las instituciones bancarias habían cancelado los financiamientos.
En respuesta, el Gobierno de Veracruz promovió Juicio de Lesividad (157/2014) ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Poder Judicial del Estado, para tomar el control de los recursos públicos y preservar la seguridad de la obra. La concesionaria, por su parte, promovió juicio de nulidad en contra del Gobierno del Estado (315/2014), en el mismo Tribunal de los Contencioso Administrativo.
Los acuerdos alcanzados y que permitirán la reactivación de la obra, incluyen que “las partes”, esto es, el Gobierno del estado y la empresa FCC Construcción, se comprometen a concluir los procedimientos judiciales iniciados.
El concesionario, además, se obliga a reiniciar los trabajos de construcción, cuyo plazo no excederá de 12 meses contados a partir de la aprobación por parte del Congreso, de la modificación al título de concesión y su publicación en la Gaceta Oficial. Se rechazan los reclamos de sobrecostos de la concesionaria y constructora, y se admite la reducción del la Tasa Interna de Retorno (TIR), de 26% nominal, a 12% real.
El verdadero motor que activó esta obra, fue la adquisición, por parte del grupo Carso, de Carlos Slim, de la empresa poseedora de la concesión, la española FCC Construcción, y la condición de este nuevo actor de aumentar los años de concesión, de 37 a 45, a cambio de inyectar al proyecto los recursos necesarios para su conclusión.
La gran pregunta es si este “gesto magnánimo” de Carlos Slim significa que este millonario personaje está apostando por Tomás Ruiz hacia la sucesión de Veracruz el próximo año.
¿Pesarán más los millones de Slim que la voluntad de Peña Nieto?
Muy pronto lo sabremos.