Quirino Moreno Quiza/Repechaje
* Se queda y se aguanta
Javier Duarte presume de tener gruesa la piel y ser capaz de soportar todos los agravios. En los hechos está demostrando que es más sensible de lo que muchos pensaban.
Analistas políticos criticaron que haya reaccionado tan tarde (una semana después) a la ola de rumores sobre una eventual licencia a su cargo de Gobernador, que reafirmaban la versión vertida en este mismo espacio el pasado 5 de febrero.
Tras aquella publicación, titulada «¿Se va Javier Duarte?» pasaron 10 días para que el Gobernador de Veracruz se diera por aludido. En conferencia de prensa a la que citó en Boca del Río, Duarte de Ochoa negó que se fuera a ir antes del 30 de noviembre y, por lo tanto, también descartó que su secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, fuera a ser su sucesor «porque él no está inscrito como precandidato».
Creyendo superado el tema, el Gobernador de Veracruz le dio poca importancia a los rumores surgidos desde la capital del país de que estaría por dejar el cargo. Su omisión provocó que la bola de nieve creciera sin control, al grado de que fue llamado a la capital del país para analizar el tema.
Políticos veracruzanos de alta investidura confirman que su eventual salida se tocó en el círculo más cercano al Presidente Enrique Peña Nieto, pero que nadie pudo demostrar que con su salida mejorarían las perspectivas de triunfo de candidato priista Héctor Yunes Landa, o si una decisión de esa envergadura impactaría en forma negativa.
«Que se quede, pero hablen con él para que entienda que tiene una gran responsabilidad, que tiene que sacar adelante la elección de Héctor Yunes y corregir el desastre financiero en el que tiene sumida a la entidad», habrían concluido en la capital del país.
Fue después de esa indicación que Javier Duarte salió de su marasmo. Citó a todo su gabinete, a diputados locales y federales, y hasta a la senadora que suplió a Héctor Yunes en la cámara alta. El único ausente fue el senador José Yunes Zorrilla, quien desde hace tiempo dejó en claro que no se prestaría a actos de simulación para desagraviar al mandatario estatal.
Fue más ostentoso el aparato, la movilización de todas las «fuerzas vivas», que el mensaje. Incorporó a su deslinde la afirmación de que cada peso federal que ingresó a Veracruz fue aplicado en acciones de gobierno. Con sus hijos y su esposa a su lado, afirmó categórico que no se ha robado un solo centavo.
No reveló dónde está el dinero, no explicó la razón de la impagable deuda, no dijo cómo conseguirá saldar todos los compromisos financieros que se generaron durante su gestión. Dijo que dejará a su sucesor un mejor gobierno que el que recibió él mismo, pero no dijo cómo logrará ese milagro.
Y mientras él jura que puede ver de frente a los veracruzanos, pues nada tiene de qué avergonzarse, en la capital del país, en el Congreso federal, las bancadas panista y perredista insisten en someter a juicio político al Gobernador de Veracruz.
Legisladores del PAN y del PRD (casualmente los partidos que van aliados por la gubernatura de Veracruz) solicitaron juicio político en contra de Javier Duarte, «por los evidentes abusos de corrupción y la ola creciente de secuestros y asesinatos».
Fue el diputado panista veracruzano Enrique Cambranis Torres quien entregó la solicitud y argumentó que es deber de los legisladores asegurarse de que el desfalco millonario y las constantes violaciones a los derechos humanos de los veracruzanos no queden impunes.
Cambranis Torres, exdirigente estatal del PAN, dijo que Javier Duarte debe explicar dónde están los recursos millonarios que desaparecieron durante su Gobierno y reintegrarlos a la Hacienda Pública.
A la entrega de la solicitud de juicio político acudieron también los diputados del PAN Enrique Pérez Rodríguez (suplente del actual precandidato Miguel Ángel Yunes) y Francisco Gutiérrez de Velasco, mientras que por el PRD, acudieron Julio Saldaña, Leonardo Amador y Karen Ramírez.
En fecha reciente el consultor y analista político Fernando Vázquez Raigada (a quien se atribuye en gran medida la estrategia electoral de Héctor Yunes) escribió sobre «los retiros» en la política. Se refirió especialmente a una frase atribuida al tuxpeño Jesús Reyes Heroles: «La política retira. Nadie se retira de ella».
Para rematar su análisis, el asesor del candidato priista sentenció:
«La retirada es, en ocasiones, el camino más digno, más responsable. Es, frecuentemente, el único posible. Es, siempre, el más duro. Hay veces en que la retirada es ya tardía y se convierte en desbandada. Pero es, sin duda, el paso último de hombría para aceptar la derrota absoluta. A fin de cuentas, la política retira, nadie se retira de ella».
¿Mensaje cifrado?
Tal vez. Eso sólo ellos lo saben.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor