![](https://veracruz.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/amlo-en-zocalo-1-sep-7-1160x700-1-107x70.jpg)
Subestimar la complejidad
Otro tipo de elecciones
La del próximo 7 de junio es una de las llamadas “elecciones frías”. Suelen ser de las que menos participación consiguen, de las que menos llaman la atención de la ciudadanía.
Varios son los factores: Se trata de una elección de diputados federales, y muchos de los potenciales votantes no tienen claro qué hacen los legisladores, ni de qué les sirven. Además, es una elección que se presenta justo a la mitad del Gobierno Federal y, salvo casos excepcionales en entidades donde coinciden con elecciones locales, en el resto del territorio nacional es muy baja la promoción del voto.
Hay, ahora, nuevos factores que inhiben la participación ciudadana. Es probable que mucha gente ni siquiera se entere de que habrá elecciones, pues las campañas han pasado de ser estridentes y escandalosas, a frías y timoratas, debido a la severa fiscalización a la que están siendo sometidas.
Este fin de semana el presidente consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, opinó que estas elecciones serán “las más complejas en la historia electoral del país”, lo que en su opinión representará un riesgo para la credibilidad del instituto en caso de que fracase en aplicar sus 74 nuevas atribuciones.
Sumado a todo esto, lo que todos entienden es que hay un creciente desencanto de la sociedad hacia las instituciones, hacia los políticos y hacia la función pública en general, lo que genera, como respuesta natural un mayor abstencionismo.
Hoy ya no se ven avenidas tapizadas por propaganda electoral, pues el INE la contabiliza y la carga a los costos de campaña. Hoy en las estaciones de radio y televisión sólo se escuchan y ven promocionales genéricos de los partidos políticos, de manera que difícilmente se pueden relacionar con los candidatos de cada Distrito. Su pautaje está a cargo del INE.
Y, sin embargo, a pesar de todo ello, estas elecciones son fundamentales para el futuro político del país. El partido en el poder, el PRI, le está apostando a recuperar la mayoría en el Congreso federal, para poder operar con mayor contundencia en la segunda mitad del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Aún sin candidato visible, los priistas y el propio Gobierno Federal trabajan ya con miras a la sucesión del 2018, y para ello es importante que se cuente con números favorables en el Poder Legislativo.
El problema es que tampoco hay dinero como para impulsar las 300 campañas de los candidatos a diputados federales por el principio de mayoría relativa y, aunque lo hubiera, los candados del INE son cada vez más complejos y se corre el riesgo de perder todo en los tribunales.
Es por eso que el Gobierno Federal ha dejado en manos de los gobernadores priistas la operación de las elecciones en sus estados. En Veracruz, por ejemplo, la confección de la lista de candidatos quedó prácticamente como la propuso el Gobernador, incluidos algunos de los abanderados por el Partido Verde.
Contrario a otras elecciones de este tipo, en esta ocasión el gobierno estatal no está financiando las campañas de los candidatos del PRI, aunque en algunos Distritos los operadores del Gobernador consiguieron que la oposición se abstuviera de colocar contrincantes realmente fuertes. Es por ello que abanderados como Alberto Silva, Jorge Carvallo, Édgar Spinoso, Antonio Tarek, Elizabeth Morales, Anilú Ingram, Marco Aguilar, Adolfo Mota y Érick Lagos caminan con paso firme a la victoria, sin que haya quién les haga sombra.
Hoy las campañas son puerta por puerta y en las redes sociales, que todavía no sucumben al control del INE.
Habrá pocos votos y, al menos en Veracruz, en la mayoría de los casos se impondrán los candidatos de la alianza PRI-PVEM.
Con esto el gobernador le habrá cumplido, en lo político, al Presidente.
Quedará pendiente el otro tema, el administrativo, del que seguramente habrá noticias unos días después del 7 de junio.