Raúl López Gómez/Cosmovisión
* El sube-y-baja de Héctor
Fue, al parecer, la noche del pasado lunes. El senador priista Héctor Yunes Landa sostuvo una charla con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Aunque no hay una versión oficial de este encuentro, ha trascendido que en el mismo, el funcionario federal invitó al legislador a moderar su actitud respecto al Gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, luego de la broma que éste le jugara el domingo, durante la asunción de Juan Carlos Molina Palacios como dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias.
De todos es sabido que durante su discurso, y aprovechando que era el cumpleaños de Héctor Yunes, el Gobernador le regaló, frente a miles de campesinos veracruzanos, una caña de pescar -“para que atrapes a los peces gordos que has prometido”, le dijo-. La broma no paró ahí. Javier Duarte le sugirió, como buen sitio para la pesca, la zona de El Estero, en la frontera entre los municipios de Alvarado y Boca del Río, justo donde tienen su residencia Miguel Ángel Yunes Linares y sus hijos.
El llamado de Osorio Chong a Yunes Landa fue a la prudencia, a la moderación, pues le explicó que a nadie convenía que se ventilaran públicamente las diferencias con el mandatario de Veracruz.
El problema es que Héctor Yunes Landa hizo caso omiso a la invitación del secretario de Gobernación y continuó con su campaña mediática, en la ciudad de México, para despotricar contra Javier Duarte, con quien dice que no hay ruptura, “sólo confrontación”.
La pose protagónica de Yunes Landa no agradó en Gobernación, tampoco en Los Pinos. Saben muy bien en el primer círculo que el senador veracruzano fue respaldado por su compadre Manlio Fabio Beltrones, para que continuara con sus ataques a Javier Duarte. Los noticieros que le abrieron los micrófonos a Yunes Landa, lo mismo que las plumas que le dieron espacio, están identificadas como las que suele utilizar el dirigente nacional del PRI.
Así pues, este acto de desobediencia, esta expresión de indisciplina, serán considerados al momento de tomar la decisión sobre el relevo en Veracruz.
En el otro extremo, el otro senador priista, José Yunes Zorrilla, recibió los más altos comentarios por su mesura, por la categoría con la que se ha comportado, no obstante que él también salió raspado del evento político del pasado domingo.
Yunes Zorrilla no ha cambiado un ápice su discurso. Sigue señalando que existe un gran desorden administrativo en esta entidad, pero mantiene su distancia y argumenta con datos firmes cada opinión, desde su estratégica posición de Presidente de la Comisión de Hacienda en el Senado.
Aunque al término de la reunión con campesinos del pasado domingo, el senador Héctor Yunes Landa salió fortalecido, en el papel de víctima del “bullyng político” que le aplicó el Gobernador, su exagerada reacción lo hizo perder muy pronto lo que había ganado.
Hoy Héctor Yunes Landa quedó exhibido frente a quienes tomarán la decisión del relevo en Veracruz, como un político insolente, indisciplinado. Mientras tanto, el diputado federal Alberto Silva Ramos perdió varios puntos en su carrera, al recibir la Presidencia de una Comisión de muy poco peso, como la de Población, lo que deja en la punta a José Yunes Zorrilla.
Aunque es sabido por todos, siempre es importante aclarar que esta es apenas una fotografía instantánea más, que refleja lo que en estos momentos sucede en la carrera por el relevo del 2016.
Nadie ni nada nos puede garantizar que las cosas no cambiarán en los próximos meses.
Es esa incertidumbre la que terminará por matar a muchos políticos veracruzanos.