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Gabriel García-Márquez/Sentido común
El factor Nuño
Quienes lo conocen, quienes lo han tratado, describen a Aurelio Nuño Mayer como “un joven inteligente, preparado, brillante”.
Desde su posición como jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño ha escalado en el reconocimiento de la clase política mexicana y hoy por hoy es mencionado con insistencia como una opción real para suceder a Enrique Peña Nieto en el 2018, apuesta que se fortalece con el debilitamiento de las dos figuras políticas que destacaban desde el inicio de la actual administración, el secretario de Hacienda Luis Videgaray, y el de Gobernación, Miguel Ángel Osorio.
Hay quienes advierten que el crecimiento de Nuño no habría sido posible sin el cobijo de Luis Videgaray, pues fue el hoy secretario de Hacienda, quien incorporó a Nuño como su coordinador de asesores en San Lázaro, cuando presidió la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Cuentan que fue en aquel entonces cuando Videgaray y Nuño firmaron una alianza política que hoy los tiene en la cúspide del poder.
Su formación priista la vivió Nuño bajo la tutela de Enrique Jackson, quien lo hizo su asesor cuando era Senador de la República. Dicen que si alguien apoyó las aspiraciones presidenciales de Jackson ese fue César Camacho Quiroz. Hoy ambos se disponen a formar una mancuerna en San Lázaro.
Casualmente, el pasado fin de semana Aurelio Nuño acudió a la primera reunión plenaria de los Grupos Parlamentarios del PRI y del Partido Verde que integrarán la LXIII Legislatura y dio una charla sobre los temas que tiene en agenda el Presidente Enrique Peña Nieto y que pretende sacar adelante en el Congreso federal con su ayuda.
Les anticipó que en la segunda mitad de este Gobierno el país enfrentará momentos difíciles debido al entorno económico y a la caída del precio del petróleo que ocasionará que para 2016, el Gobierno cuente con un presupuesto mucho más acotado del que quisieran.
Resaltó los logros alcanzados por el Gobierno de Enrique Peña Nieto y anunció que en su segunda etapa, la Reforma Educativa tendrá políticas más agresivas que tienen que ver con los contenidos de la educación que se han quedado rezagados.
Les dijo a los nuevos legisladores que en los próximos años el Presidente habrá de continuar con la implementación de las reformas, seguirá fortaleciendo el Estado de Derecho y el combate a la corrupción, implementará un combate mucho más frontal y mucho más agresivo a la desigualdad, y mantendrá una constante y total apertura y búsqueda de acuerdos con todas las fuerzas políticas.
A su llegada a la reunión plenaria de los próximos legisladores, mientras repartía saludos entre todos ellos, Aurelio Nuño levantó la voz y exclamó: ¡Beto Silva! ¡Beto Silva! y se fundió en un fuerte abrazo, el más cálido de todos, con el legislador federal por Tuxpan.
“¡Búscame, a través de Jorge Tamayo, necesito verte!”, le dijo Aurelio Nuño a Alberto Silva frente a todos.
Bien dicen que el escenario político en Veracruz cambiará a partir del primero de septiembre.
Al menos en el caso de las opciones locales, aquel grupo compacto conocido como “los cuatro fantásticos” ha empezado a desmoronarse. Hoy, tras el evidente rezago de Jorge Carvallo y Adolfo Mota, ya sólo se habla del “dúo dinámico”, que conforman Érick Lagos y Alberto Silva.
Justo hace un mes, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, sostuvo una reunión de trabajo con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer.
Velasco Coello aseguró que Chiapas tiene “buenos aliados”, y puso como ejemplo a Nuño.
Para nadie es un secreto la gran cercanía que existe entre el Gobernador de Chiapas y Alberto Silva, al grado de que el mandatario acompañó al ahora diputado federal electo en su cierre de campaña.
Así, poco a poco, se van entrelazando los hilos, hasta formar un sólido entramado.