Carlos Ramírez/Indicador político
Lagos, Carvallo, Silva o Mota
La pista se va quedando vacía. Cada día son menos los verdaderos competidores.
La opción local sigue siendo la apuesta del Gobernador Javier Duarte para la gubernatura de dos años, y las posibilidades de que eso se concrete son cada vez más fuertes, gracias a las reformas en materia electoral.
El truco no estuvo en la confirmación del gobierno de transición, ni en los candados para las candidaturas independientes, sino en la redistritación. Esa fue la jugada maestra para garantizar que el próximo año vuelva a ganar el PRI, “aunque mande de candidata a una vaca”.
Incluso a nivel central, el Partido Acción Nacional externó ya su descontento por la distribución de los distritos electorales para elecciones locales en Veracruz. Saben que su diseño favorece claramente al PRI.
Una vez confirmada su capacidad de operación política, Javier Duarte trabaja ahora para limpiar el camino y dejar para el final la definición del “elegido”, que saldrá de entre los llamados “Cuatro Fantásticos” (Érick Lagos, Jorge Carvallo, Alberto Silva y Adolfo Mota).
Tomás Ruiz no va.
El propio Gobernador ya se lo dijo, y si se sigue promoviendo, lo hace por su cuenta y riesgo. El botón para desactivarlo es muy sencilla. Es el mismo que le impidió colocarse en el gabinete federal: Su cercanía con el poderoso Carlos Slim lo confronta con Enrique Peña Nieto.
A Gerardo Buganza, su jefe le pidió que lo acompañe hasta el final de la administración. Si el político panista insiste en escuchar el canto de las sirenas, la única opción que le quedará será buscar la candidatura independiente. Allá él.
Héctor Yunes ya fue desactivado.
El hecho de que se haya sentado con el gobernador, que suavizara su discurso sobre la actual administración estatal y que aceptara que le patrocinaran su promoción, generó desconfianza de su primo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, por lo que la amenaza de una alianza entre ambos se ve cada día más endeble.
Héctor Yunes insistirá, presionará hasta el final para negociar en los mejores términos su declinación. Ese es su estilo. Ya lo ha hecho antes.
Pepe Yunes.
Ese sí es un dolor de cabeza para el Gobernador. Con él no han funcionado los emisarios, tampoco el golpeteo mediático. A lo que le apuesta Javier Duarte es a que el senador peroteño esté más interesado en una gubernatura de seis años y que acepte declinar a favor de uno de los Cuatro Fantásticos. Aquel que le garantice que no buscará perpetuar el Fidelato en Veracruz.
Falta por hacer aún algunos movimientos en el gabinete estatal y en el comité priistas, para que la red quede tendida y se ponga en funcionamiento el maquiavélico plan diseñado por Javier Duarte para garantizar un relevo terso, la entrega del poder a un aliado.
Las preguntas ahora son:
¿Con quién de los Cuatro Fantásticos estaría dispuesto a sentarse a negociar Yunes Zorrilla?
¿Qué y cuánto pedirá Héctor Yunes para declinar a favor de una opción local?
¿Cuáles miembros del actual gabinete estatal irían por un espacio en el Congreso local?
Son interrogantes que muy pronto tendrán respuesta.