Carlos Ramírez/Indicador político
Prensa y crimen, los nexos
Desde el año pasado el Gobierno de Veracruz había confirmado la necesidad de irrumpir en Poza Rica y la región con fuerzas especiales para atacar el centro de operaciones de la delincuencia organizada que se había asentado ahí.
Las fuerzas conjuntas dieron seguimiento puntual del comportamiento de las bandas delictivas en aquella región e incluso detectaron los relevos en el mando, luego de que los primeros líderes fueron capturados o cayeron abatidos.
En una reunión con periodistas, en Casa Veracruz, en el mes de noviembre del 2014, justo durante la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el Gobernador Javier Duarte hizo algunos comentarios respecto a la situación de Poza Rica y admitió que esperaban “el mejor momento” para echar a andar un operativo conjunto que tuviera como fin el abatimiento de los grupos del crimen organizado.
“No es sencillo –dijo en aquella ocasión el Gobernador-. Seguramente habrá resistencia y en principio se disparará la violencia, pero hay que hacerlo. Estamos esperando el momento idóneo”.
Pasó más de medio año, pero finalmente este miércoles varios centenares de la Fuerza Civil del Estado llegaron a Poza Rica para abatir los índices delictivos en la región y dar con los principales cabecillas de las organizaciones criminales que operan allá.
Se comenta en redes sociales que durante una reunión con reporteros de Poza Rica, con motivo de la celebración del Día de la Libertad de Expresión, el Gobernador Javier Duarte dio algunos avances de lo que se avecinaba en aquella zona y llegó a mencionar que la delincuencia “tiene puentes, nexos, con notarios públicos, empresarios, funcionarios públicos y también algunos de los colaboradores, trabajadores de los medios de comunicación, también están expuestos a estas situaciones”.
Ardió Troya.
Ni los notarios, ni los empresarios, ni los servidores públicos dijeron “esta boca es mía”, pero los periodistas sí: “¿Cómo se atreve el Gobernador a insinuar que los comunicadores estamos coludidos con la delincuencia? ¡Debe señalar con nombres y apellidos a los periodistas involucrados, de lo contrario se entiende que sólo hizo esa referencia para justificar actos de represión contra el gremio!”.
Nadie que estudie seriamente el fenómeno de la delincuencia organizada en México puede darse por sorprendido. Las bandas criminales toman de la sociedad los elementos que necesitan para lograr sus objetivos.
Cuando requieren de expertos en combate y manejo de armas, se hacen de los servicios de militares, los más calificados. Si pretenden montar un sofisticado equipo de comunicación para coordinar sus acciones, consiguen ingenieros y especialistas en la materia.
La ordeña de ductos de combustible se realiza mediante procedimientos que fueron diseñados por especialistas de Pemex. A los notarios públicos y a los empresarios los ocupan para lavar su dinero. A los periodistas, para montar campañas contra el Ejército, la Marina o las corporaciones policiacas, o en todo caso para que minimicen o desaparezcan la información de sus fechorías, de manera que “la plaza no se caliente”.
¿Que hay periodistas de Poza Rica involucrados con esos criminales? No lo dudo. No debe ser el papel del Gobernador el dar datos específicos de ellos, pues en todo caso lo harán las fiscalías una vez que se integren las denuncias correspondientes, pero es cuestión de platicar con los colegas de aquella región, quienes seguramente los tendrán ubicados.
Las circunstancias pueden ser muy diversas. Habrá quienes colaboren bajo amenazas. Otros habrán sido incorporados a la nómina del grupo delictivo. Puede ser, también, una combinación de ambos escenarios.
No se trata de satanizar al gremio. Se trata de entender que para exigir a las autoridades el cumplimiento de sus obligaciones, nosotros, los comunicadores, debemos predicar con el ejemplo.
Un principio básico de la ética profesional.