Gabriel García-Márquez/Sentido común
El caso de Los Tuxtlas, en el actual proceso electoral, ha sido singular.
Se trata de un Distrito mayoritariamente priista, pero que en ocasiones se ha perdido por la marcada división que existe entre los grupos de mayor influencia en la zona y el legendario celo entre los dos municipios con el mayor peso electoral: San Andrés Tuxtla y Catemaco.
La fórmula para conseguir que Jorge Carvallo gane en el Distrito 19, es por todos sabida: Conseguir la unidad de los grupos políticos que operan en la región.
Suena fácil, pero no lo es.
De los personajes políticos más cercanos al Gobernador Javier Duarte que se lanzaron a la aventura de buscar una diputación federal, el caso de Jorge Carvallo estaba catalogado como uno de los más complejos. Pocos lo veían con la capacidad –y la disposición- para provocar la unidad priista en torno a su candidatura.
A unas horas de que se defina el futuro de ese Distrito, las cosas se empiezan a ver más claras. Jorge Carvallo ha sumado a su campaña la voluntad de los políticos más reacios de la zona y no sólo eso, sino que ha capitalizado el empuje de otras fuerzas políticas que se han convertido en opción, como el partido local Alternativa Veracruzana (AVE)
Jorge Carvallo Delfín va a ganar la elección gracias a que en ese Distrito el capital político de Javier Duarte sigue dando dividendos. Ganará porque personajes como Vicente Benítez, Manuel Rosendo Pelayo y Jorge Alberto González Azamar (por mencionar sólo a algunos) aportaron sin reservas su influencia en la región, para favorecer a un solo proyecto.
Actualmente la diputación federal por Los Tuxtlas corresponde a Marina Garay, impulsada por el PRI, pero apenas en el 2009 el Partido Acción Nacional se alzó con la victoria, dejando en el camino a un experimentado político veracruzano, Jorge Uscanga Escobar. Cuentas quienes fueron testigos de ese proceso, que el responsable de ese descalabro tiene nombre y apellidos: Fidel Herrera Beltrán, quien aceptó la imposición de la candidatura de Jorge Uscanga, pero hizo lo necesario para que no llegara al Congreso.
Uno de los operadores de esa auto-derrota, fue precisamente Jorge Carvallo, quien por aquellos tiempos estaba al frente del Comité Estatal del PRI, por lo que se tenía el justificado temor de que el ahora funcionario de la Secretaría de Educación a nivel federal operara para ver caer a su enemigo natural.
Las cosas, sin embargo, no han sido así. Jorge Uscanga le reconoce a Javier Duarte su liderazgo político y entiende que si envió a Jorge Carvallo a Los Tuxtlas, es porque así convenía al proyecto político del mandatario estatal, por lo que él se ha mantenido al margen y ha dejado que sean los grupos locales los que definan el rumbo de la presente elección.
En un Distrito tan politizado ningún detalle pasa desapercibido, de tal manera que las diferencias de opinión entre Jorge Carvallo y Vicente Benítez se hicieron evidentes.
Antes de que iniciara la campaña, en los tiempos de la definición de la candidatura, más de un político de aquella región sugirió que el actual Oficial Mayor de la SEV sustituyera a Carvallo en esta contienda. Un oportuno deslinde evitó que ese tema creciera y hoy uno de los pilares en los que se apoya la campaña del candidato de la coalición PRI-PVEM, es el capital político del catemaqueño Vicente Benítez-
Así, pues, el panorama se empieza a aclarar para el candidato priista en Los Tuxtlas.
Quizá esta sea una buena –y oportuna- lección para que los priistas de aquella zona entiendan que nada lograrán si persisten en la división.