Raúl López Gómez/Cosmovisión
Concluyen las campañas electorales.
Campañas que han sido muy distintas a las de otros años, pues se ha recurrido más a la mercadotecnia política, como mecanismo para abatir los costos del proselitismo.
Decía el periodista Joaquín López Dóriga hace unos días:
“Los partidos y sus candidatos en campaña no retratan la realidad, la distorsionan de acuerdo con sus necesidades mercadológicas, ni siquiera políticas y se llega al punto en que no se distingue qué partido dice qué hasta que termina”.
En Veracruz no todos hicieron campaña. En muchos distritos fueron verdaderos monólogos, y en otros acaso duelos verbales entre dos, o acaso tres contrincantes, cuando las boletas del próximo 7 de junio incluirán a no menos de ocho candidatos.
La mayoría de las predicciones de inicio de campaña se confirman. El PRI en fórmula con el PVEM deberá conseguir alrededor de 15 triunfos, y acaso la cifra podría subir hasta 18, debido en gran medida a la debilidad de los contrincantes, y no por la calidad o las propuestas de los abanderados tricolores o verdes.
Xalapa, la capital del estado, volverá a contar con dos legisladores priistas, en la figura de Elizabeth Morales y Adolfo Mota. Ambos han caminado la legua y vendido su imagen por encima de la deteriorada marca del PRI o el Partido Verde.
Muy a pesar de ella, Nohemí Guzmán ganará el Distrito de Coatepec. En eso influirá el fuerte empuje que le dará el equipo de Pepe Yunes en la región de Perote, quien se toma muy en serio la responsabilidad con su partido, no vaya a ser que en una de esas lo tachen de “traidor”.
Anilú Ingram conseguirá la victoria en Veracruz, gracias a la debilidad de sus contrincantes pero, principalmente, gracias a que no ha parado un minuto en su trabajo de convencimiento de los votantes.
En Los Tuxtlas, Jorge Carvallo ganará, a pesar de los priistas, que son los que menos lo quieren en aquella zona.
En Cosamaloapan, Antonio Tarek ha hecho lo necesario para ganar. Su verdadero reto estará en los tribunales, pues será uno de los candidatos más impugnados del actual proceso electoral.
Érick Lagos ha cubirto todos los frentes para salir triunfante en Acayucan. Ha “convencido” a la oposición para que no le signifique problema alguno, y se sabe que los recursos no han faltado, para cooptar a quienes pudieran significarle algún problema.
El PRI gana también Córdoba, con un impresionante trabajo de Marco Aguilar Yunes, frente a las adversidades que representaban el voto duro del PAN, y el apoyo descarado del alcalde cordobés, el panista Tomás Ríos, al inexperto abanderado albiazul.
Se gana en Pánuco, donde el resultado parece haber sido negociado desde antes de que iniciaran las campañas.
Se gana en Martínez de la Torre, con una intensa campaña, de mucho contacto popular, de Édgar Spinoso. Se gana en Tuxpan, aunque será otro de los distritos que tendrán que definirse en los tribunales.
En duda luce Tantoyuca, donde Maru Pinete ha hecho un buen trabajo, pero pesa la operación política del panista Joaquín Guzmán. Hay dudas también en Boca del Río, pues Carolina Gudiño enfrenta a la operación de la dinastía Yunes, que no dejará que le arrebaten ese bastión.
Con menos posibilidades de victoria, Miguel Ángel Sedas en Huatusco, o Lilian Zepahua en Zongolica, lo mismo que Heidi Salazar en Papantla, o el doctor Rafael García Bringas en Coatzacoalcos.
Minatitlán y Poza Rica deben ser para el PRI, en gran medida gracias al voto corporativo. Orizaba es un albur. De pronto las locuras y el derroche de Fidel Kuri pudieran funcionar.
El compromiso de Javier Duarte con Enrique Peña Nieto fue conseguir una amplia mayoría en este proceso electoral. La tarea se ha de cumplir, aunque tal vez no sea suficiente para dotar al mandatario estatal de capacidad de operación rumbo a la sucesión del 2016.
Ya el tiempo lo dirá.