Carlos Ramírez/Indicador político
Los reclusorios de Veracruz
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió el pasado fin de semana un pronunciamiento sobre la situación del Sistema Penitenciario Mexicano y señaló que enfrenta una grave crisis derivada de la falta de una adecuada política nacional.
El organismo defensor de los derechos humanos se dijo preocupado de que no se haya atendido adecuadamente este tema y aclaró que no se pronuncia por buscar condiciones de privilegio a las personas que se encuentran en reclusión penitenciaria, pero sí puntualiza la exigencia de que cesen las condiciones que representen violación a derechos humanos.
Un rubro en el que el organismo pone especial atención, es en el de la clasificación de los reos, como parte fundamental para alcanzar la reinserción social de la población interna.
Gran parte de la información utilizada para realizar este pronunciamiento surgió del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciara 2014, donde quedó en evidencia que en estados con altos índices de violencia predominan los centros de reclusión donde las condiciones de los presos han empeorado.
En el más reciente diagnóstico, en el 2014, Veracruz obtuvo una calificación global de 6.93 unidades, contra los 7.19 puntos alcanzados un año antes, y también menor a las 7 unidades alcanzadas en el 2012.
Para asignar estas calificaciones, la CNDH evalúa cinco rubros: aspectos que garantizan la seguridad física del interno, una estancia digna, la gobernabilidad de la prisión, los programas de reinserción social y el trato a reos con requerimientos específicos.
Los penales de Veracruz que fueron analizados son el de Acayucan, el de Pacho Viejo, el de Coatzacoalcos y el de Amatlán de los Reyes.
En lo que se refiere a los aspectos que garantizan la seguridad física del interno, el peor calificado fue el de Acayucan, con apenas 5.16, mientras que el que ofreció mejor desempeño fue el de Amatlán con 7 puntos.
En la revisión de la calidad de la estancia para los reclusos, el peor calificado fue Pacho Viejo, con apenas 4.89 unidades, contra los 7.31 puntos que recibió el penal La Toma, de Amatlán.
Al revisar las condiciones de gobernabilidad, Amatlán fue el peor calificado (5.66), mientras que Pacho Viejo obtuvo la mejor nota (7.34).
Sobre la labor de reinserción social de los internos, fue Acayucan el peor calificado con 7.01 unidades, mientras que Amatlán alcanzó la nota más alta, con 7.72 puntos.
Finalmente, en la atención a internos con requerimientos específicos, Pacho Viejo fue el peor calificado (7.88) mientras que Amatlán, con 8.65 fue el que mejor desempeño mostró.
A pesar de haber bajado su calificación, Veracruz se mantiene por arriba de la media nacional, que fue de 6.02 unidades, y en sexto lugar entre las entidades mejor calificadas. En el 2010 Veracruz promedió 7.89 puntos y ocupó también la sexta posición nacional.
Los casos más graves detectados por este diagnóstico son el de Tamaulipas, que en 2010 se ubicó entre los cinco mejores estados con buen desempeño, con una puntuación de 8.04, pero en 2014 pasó al puesto 27, con 5.14 de calificación.
En Sonora, las cárceles se habían ubicado en la cuarta posición en el 2010 con 8.28 puntos, y cayeron al lugar número 13 en el 2014, con 6.34 unidades.
El pronunciamiento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre supervisión penitenciaria tiene la finalidad de contribuir en la elaboración de políticas públicas que garanticen el respeto de los derechos humanos de los presos y al mejoramiento de las instalaciones de reclusión, y es una respuesta a la resistencia que han mostrado los estados para atender sus observaciones y mejorar las condiciones de los reos.
Veracruz no es ajeno a este problema.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.