Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Duarte-Héctor, los puentes
Las señales están ahí. Cada día resulta menos creíble esa supuesta «ruptura» entre Héctor Yunes y Javier Duarte.
Hay versiones -no confirmadas- de encuentros, de reuniones subrepticias entre estos dos personajes. El diseño de la lista de candidatos a las diputaciones locales habría sido producto de acuerdos entre ambos.
Se repartieron la tarea. A Javier Duarte (o a su gente) le toca sanar las heridas que forzosamente se generan en un proceso de selección de candidatos. Gran parte de esas funciones la realiza el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, quien se ha reunido con muchos de los que se sienten agraviados, excluidos, incluyendo a los miembros del gabinete que recibieron la instrucción de mantenerse en sus cargos, pues no había lugar para ellos, ni con los partidos aliados.
La percepción, pues, de que la campaña de Héctor Yunes «va muy lenta» y que eso se debe a la distancia que ha mantenido el Gobernador de Veracruz, podría ser errónea. La distancia, en los hechos, existe, porque así lo han convenido ellos, pero sigue pesando el compromiso que -aseguran- Javier Duarte hizo en la capital del país: «El PRI no perderá en Veracruz».
El equipo y la estrategia de campaña de Héctor Yunes Landa empiezan a tomar forma. En la recta final de la etapa de proselitismo interno se le escucha ya un discurso más estructurado, basado en su prestigio como hombre honesto y evitando golpear gratuitamente al gobierno estatal, aunque insinuando, en cada una de sus propuestas, lo que en su opinión se debe corregir.
Llama la atención la especie de que fortalecerá su campaña con la presencia del exgobernador Patricio Chirinos, hombre que en el tema financiero (que hoy tantos dolores de cabeza genera) dejó buenas cuentas. Singular será su posible presencia en algún evento importante del próximo candidato del PRI, pues no podemos perder de vista que fue durante su gestión cuando brilló el hoy aspirante de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes, quien gozaba de autonomía y autoridad plenos para hacer y deshacer en la entidad.
Pero Patricio Chirinos no sólo apoyaría a Héctor Yunes con su presencia. Ya desde el martes hizo su aparición y aportará su buena imagen y trabajo fecundo, la esposa del exgobernador, la señora Sonia Sánchez, que seguramente hará una poderosa mancuerna con la señora Verónica de la Medina, esposa del virtual candidato priista.
Su tarea será -lo dijo ella misma a los medios de comunicación- servir de enlace entre el candidato y «los más desprotegidos, las mujeres maltratadas, los jóvenes, los enfermos, las comunidades indígenas».
Así pues, para los que pretenden que Héctor Yunes fortalezca su presencia en medios y «se haga sentir» más, la explicación es que eso corresponderá a la campaña formal. Lo de hoy es trabajar para llegar bien arropado a la convención de delegados, donde habrán de ratificar su candidatura. Todo a su tiempo.
En la definición de su línea discursiva y su estrategia proselitista, se siente, además, la mano de Enrique Ampudia, quien hasta hace unas semanas era el secretario particular de Javier Duarte, lo que refuerza la percepción de que los puentes siguen tendidos y la comunicación entre candidato y gobernante, aunque discreta, se mantiene.
En política, pero especialmente en tiempos electorales, no todo lo que relumbra es oro.
*Este texto es responsabilidad absoluta del autor.