David Colmenares Páramo/El reto de la economía: la desigualdad
* Reformas al sistema de pensiones
Hay un tema que los candidatos de todos los partidos políticos han soslayado, o se han limitado a tocar “por encimita”: Los sistemas de pensiones del país.
Este lunes el presidente de la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Senadores, Fernando Enrique Mayán, señaló que el sistema de pensiones mexicano se encuentra rezagado respecto a sus similares en Chile, Argentina y Uruguay. Comentó que aquellos países del Cono Sur han reconocido las fallas del modelo de cuentas individuales de pensión y trabajan para mejorarlo. Mientras tanto, en México seguimos rezagados en esa materia.
El legislador Mayans explicó que los riesgos del sistema de cuentas individuales son la baja cobertura, la baja tasa de reemplazo (lo que significa el porcentaje del último salario que el pensionado recibe como renta mensual) y que faltarán recursos para financiar los años de vida que tengan los pensionados.
Otra de las fallas es el costo fiscal de trasladar de un sistema de beneficio definido al de cuentas individuales y los altos costos que implica administrar los fondos de pensión.
En la inauguración de la Semana de Seguridad Social también estuvo presente el veracruzano José Antonio González Anaya, director del IMSS, quien coincidió en la necesidad de encontrar un sistema de seguridad social sustentable.
Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), dijo que México no está exento de sufrir una crisis si no realiza reformas oportunas en el sistema de pensiones.
“Es una prioridad de primer orden, ante las crisis fiscales y económicas que han padecido varios países, por ejemplo en Europa», comentó.
Destacó que en la Agenda por México, hay tres prioridades: la pensión universal mínima garantizada para adultos mayores, revisar los sistemas de retiro del sector público y reestructurar al IMSS para darle sustentabilidad financiera y operativa.
“Podemos decir que no hemos conseguido aún consolidar un sistema integral y nacional de seguridad o protección social, y que más bien tenemos un conjunto altamente fragmentado de prestaciones, tanto contributivas como subsidiadas por el Estado”, señaló y recordó que tan sólo las obligaciones del IMSS para sus propios empleados rayan el 10 por ciento del PIB.
El crecimiento promedio del gasto pensionario federal aumentó 433% en la primera década de este siglo. Por otra parte, el país enfrenta una enorme dispersión de sistemas pensionarios, ya que tiene más de 100 esquemas distintos y cerca de 10 con insuficiente fondeo.
El reclamo generalizado va en el sentido de que la política de seguridad social mexicana sea integral, con perspectiva de largo plazo, eficiente y sustentable.
En Veracruz tenemos un ejemplo muy claro. El Instituto de Pensiones del estado (IPE) es ya, en los hechos, un pesado lastre para las finanzas del Estado. Y las previsiones son en el sentido de que estas condiciones empeorarán.
La más reciente reforma a la Ley de Pensiones del Estado sigue librando batallas en los tribunales, y tampoco es la solución definitiva a la descapitalización.
Como bien se menciona, ya no son tiempos de esfuerzos aislados y dispersos. Es momento de que se tomen medidas de efecto nacional, que permitan oxigenar un sistema de justicia social que está muriendo de inanición.
¿Quién se echa ese trompo a la uña?