Carlos Ramírez/Indicador político
De la alianza al “acostón”
Chiste de los reporteros de deportes en Xalapa. ¿Saben quiénes fueron los responsables de la caída de los Pumas en el segundo juego de la final del futbol mexicano? Fidel y Javier.
¿No lo cree?
(Eduardo) Herrera, se hizo expulsar al final del tiempo regular; Fidel (Martínez) falló el primer cobro de la serie de penales y Javier (Cortés) el cuarto penal.
En la edición del martes 15 de diciembre, el analista Francisco Garfias, del periódico Excélsior, hace referencia al encuentro que sostuvieron en Morelia, Michoacán, el gobernador de aquella entidad, el perredista Silvano Aureoles, y el mandatario veracruzano Javier Duarte.
Aunque la versión oficial menciona que el objetivo de la reunión fue “intercambiar experiencias” y concretar acuerdos de colaboración mutua en materia de desarrollo regional, Francisco Garfias plasma en su espacio la opinión del senador panista de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, quien dijo estar convencido de que los gobernadores no sólo hablaron de desarrollo, “sino de cómo torpedean, desde fuera, la coalición PAN-PRD en tierras jarochas, que llevaría como candidato a su papá: Miguel Ángel Yunes”.
El tema no debería preocuparles demasiado a los miembros de la Dinastía Yunes-Márquez, pues según el propio senador, el 90 por ciento de los militantes del PAN en Veracruz (sí, nueve de cada diez militantes) aprueban la coalición y que, de 220 consejeros locales del PRD, sólo se oponen once (esto es, apenas el 5%).
¿Cuál es, entonces, la preocupación?
Lo cierto es que el primer gran debate entre panistas y perredistas es si conviene y convence a cada uno de estos partidos ir en alianza el próximo año en Veracruz, en pos de la gubernatura de dos años. Ese debate pasa por la incompatibilidad de los principios básicos de ambas organizaciones políticas.
En el hipotético caso de que coincidieran ambos partidos en ir en coalición, el siguiente debate sería para definir cuál de ellos aportaría al candidato a la gubernatura. En este caso el PAN argumentará que cualquiera de los dos declarados aspirantes a dicha candidatura (Miguel Ángel Yunes Linares y Juan Bueno Torio) aventaja a cualquier propuesta del Sol Azteca.
Suponiendo que el PRD admita que los aspirantes panistas están mejor posicionados entre la opinión pública y tienen, por lo tanto, mayores posibilidades de triunfo (a final de cuentas el principal y único objetivo de la alianza), habría que pasar al siguiente debate, que se asemeja mucho al que viven actualmente en el PRI.
Panistas y perredistas deberán elegir entre el candidato que encabeza las encuestas, o en el que garantiza la unidad de su partido. Vamos, que Juan Bueno Torio representa a los “panistas de origen” y Yunes Linares a los “panistas conversos”.
Si, como asegura el senador Yunes Márquez, el 90% de la militancia del PAN en Veracruz está de acuerdo en subirse a una alianza coyuntural con el PRD, habrá que saber qué porcentaje de esos militantes aceptarán que vaya un candidato panista, y cuántos de ellos preferirán a Miguel Ángel Yunes Linares, y cuántos a Bueno Torio.
Si, como asegura el senador Fernando Yunes, el 95 por ciento de los delegados del PRD está de acuerdo en “echarse un acostón” con los panistas, habrá que definir cuántos de ellos aceptarán que el candidato salga de las filas azules, y de ellos, habrá que ver cuántos optan por Yunes Linares, y cuántos por Bueno Torio.
Una vez hechos todos esos cálculos, podrán definir si la alianza les conviene, o les estorba.