Carlos Ramírez/Indicador político
¿Decide libre?
Dicen que son “fideliñas” del actual Gobernador, quien ha demostrado que le aprendió mucho a su mentor. Lo cierto es que los hechos no coinciden con las palabras.
El senador José Yunes Zorrilla invitó al dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, a una comida en su rancho, en Perote, días antes de su tercer informe de labores en la Cámara Alta. La intención del encuentro en el rancho San Julián era poner especial énfasis en la importancia de preservar la unidad del priismo en la entidad, y por ello resultaba obligada la invitación al Gobernador Javier Duarte de Ochoa.
La presencia del maestro Juan Nicolás Callejas, una institución del priismo en Veracruz y un ejemplo de lealtad institucional, sería también significativa.
Si de unidad y congruencia se trataba, lo lógico, lo sano, era que asistieran aquellos que habrían manifestado su interés de contender por la candidatura priista al gobierno de Veracruz en el 2016, esto es, su colega y amigo Héctor Yunes, lo mismo que Alberto Silva, Tomás Ruiz, Érick Lagos y Adolfo Mota.
Y ya, no más.
Los hechos demostraron que el evento se le salió de las manos al senador peroteño. Cerca de 300 personas, entre políticos y periodistas, se dieron cita en el rancho San Julián. Los encargados de la logística se tuvieron que multiplicar para conseguir que la comida alcanzara para todos.
La mesa principal estuvo siempre rodeada de cámaras y micrófonos atentos a cualquier señal, a cualquier expresión.
No hubo, pues, oportunidad de alcanzar acuerdos, de establecer compromisos.
El domingo sucedió algo similar.
En una entrevista previa concedida al periodista Édgar Hernández, el senador Yunes Zorrilla fue enfático: “Yo estoy pagando, con apoyos externos, el alquiler del WTC y no habrá movilización de acarreados. Quien quiera asistir a mi III Informe lo tendrá que hacer por su propios medios o a través de sus organizaciones sindicales, laborales o de partido”.
Los hechos lo volvieron a desmentir.
Los cálculos más moderados hablan de diez mil asistentes, pero hay quienes aseguran que fueron más de 20 mil los presentes en el World Trade Center. Los autobuses generaron severos problemas de tráfico en las avenidas adyacentes al recinto.
Hubo acarreo, muchísimo acarreo.
Es cierto que el Gobernador le ofreció de forma gratuita el auditorio, y que el senador le rechazó gentilmente la propuesta.
Lo que no hizo Pepe Yunes (y se había dicho convencido de que tenía que hacerlo) fue transparentar los costos de su informe y el origen de los recursos para pagarlo.
Sin esa información suenan huecas las palabras con las que inició su discurso el pasado domingo, cuando dijo tener una “convicción personal fundada en la rendición de cuentas”, o cuando afirmó que la gestión pública con recursos presupuestales “debe ceñirse al escrutinio público y sujetarse a principios de transparencia”.
Dicen que la intención de Pepe Yunes fue, siempre, significarse por un acto de muy bajo costo, nada ostentoso y evitar el uso de autobuses para trasladar a la gente.
No lo consiguió, lo que debe ser motivo de un profundo análisis, pues si eventos que son de su total control y responsabilidad, se le salen de las manos, significa que algo no está funcionando bien en su equipo.
Dicen que atrás de todo esto está la mano de Javier Duarte.
Tal vez.
Lo cierto es que el informe de Pepe Yunes se uniformó con el presentado hace algunos meses por su amigo Héctor, aquel sí patrocinado totalmente por el Gobernador de Veracruz.
Eso no ayuda a generar la percepción de que se está “pensando y decidiendo libremente”.
NOTA. Ya se había concluido el presente análisis cuando se dio la oportunidad de dialogar con dos protagonistas del mismo, Javier Duarte y José Yunes Zorrilla. El primero elogió el papel del senador oriundo de Perote, al convertirse en factor de unidad entre los diversos grupos que integran al PRI. El segundo, por su parte, reiteró que no hubo un solo peso del gobierno estatal en la organización y difusión de su informe. Aclaró que en los próximos días estará informando con detalle el monto de lo erogado y su origen. Servidos.