La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Incumplen; los hacen caminar en el lodo
¿Se imagina usted que ante la cercanía del cierre de la actual administración, de pronto un día durante alguna gira de trabajo un grupo de enardecidos y desesperados vecinos retuviera al gobernador Javier Duarte de Ochoa y al secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Tomás Ruiz González, los obligaran a quitarse los zapatos y a caminar entre alguna obra en construcción (una calle, un camino vecinal, una carretera) y en el lodo?
Esto fue precisamente lo que hicieron el viernes pasado pobladores inconformes del municipio de Teopisca en el estado de Chiapas, según una nota del diario Reforma, quienes retuvieron al síndico y al director de Obras por el retraso en la construcción de obras viales cuando faltan sólo dos meses para que concluya la administración municipal. Exigieron que se presentara el alcalde pero nunca llegó.
Entre tantas formas de protestar que vemos a diario (quema de vehículos o de edificios públicos, memes, protestas callejeras, bloqueos de vías de comunicación, etc.), esta me parece menos radical por menos agresiva, pero creo que podría ser más efectiva.
Normalmente el funcionario, en especial si se trata de algún alcalde o gobernador y ya ni se diga el Presidente, jamás vive y padece lo que sus representados a causa de la falta de obras y servicios, pues cuando no está en sus cómodas oficinas viaja en avión o helicóptero, esto es, no hace tierra y cuando la hace viaja en lujosas camionetas y cuando se baja, si por ejemplo está lloviendo corre más de un guarura a resguardarlo bajo un paraguas, o si hace mucho sol lo protegen bajo una carpa mientras el pueblo está a punto de deshidratarse, en fin.
Luego, el ejemplo cunde. A ver si no cualquier día de estos nos hallamos con la noticia de que, igual, a alguna autoridad veracruzana la hacen caminar entre lodo pa’ que sienta lo que el pueblo siente. Al menos es una forma de desquitarse de tanto engaño y agravio.
Todavía en el siglo pasado se practicaba que cuando un candidato a algún cargo o alguna autoridad era impuesto o no cumplía, se le retenía, se le bañaba con miel, se le emplumaba, se le subía a un burro y se le paseaba por el pueblo ante invectivas de repudio y el regocijo general. Como que ante tanta promesa incumplida ya va siendo tiempo de algo similar en lugar de causar destrozos materiales que al final se pagan con los impuestos de los mismos manifestantes. Es menos violento y al menos el pueblo se divierte, y algo es algo.
Ahued, otro verdadero representante popular
Publiqué el viernes el caso del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, quien está defendiendo los muy lastimados intereses de sus representados, pero el PRI tiene a otro garbanzo de a libra: el diputado local Ricardo Ahued Bardahuil, también de Xalapa.
El exalcalde de la capital del estado y exdiputado federal, en la sesión de la Legislatura del 30 de julio se opuso y llamó a sus compañeros a oponerse a la actualización del valor catastral de 22 municipios porque, dijo, era aprobar un aumento de impuestos a los contribuyentes así como una “desbandada” de impuestos obscenos.
Con toda la experiencia como munícipe y como legislador dijo que de hacerlo estarían aprobando “la voracidad económica, la falta de administración oportuna y de transparencia de recursos”.
“No podemos seguir legislando así compañeros, porque mañana nos la van a cobrar afuera los ciudadanos y más ahorita con un tema en donde a la gente no le alcanza para pagar, donde los pensionados tienen que pagar predial”, clamó, pero sólo cuatro diputados más le hicieron caso, tres se abstuvieron y 27 votaron a favor, incluidos del PAN, en un Congreso sometido al Ejecutivo.
No se quedó callado y reprochó que no le hubieran dado a conocer las actas de Cabildo con las respectivas tablas de valor catastral de 2015 para poder establecer una comparación con las que se aprobaron, no obstante que dichas tablas forzosamente las debieron tener las comisiones de Hacienda Municipal y de Desarrollo y Fortalecimiento Municipal. Dijo que ni a él ni al diputado David Velasco Chedraui, de Xalapa Rural, le entregaron documentos completos.
Si a un diputado miembro de la misma Legislatura le niegan la información, qué puede esperar cualquier mortal. Pero a Ahued lo honra su postura y que no sea un corifeo más. Tiene todo el respeto y todo el reconocimiento de quienes votamos por él. Yo lo reelegiría si quisiera volverse a postular, ahora que se podrá hacer con las reformas que ha habido, incluso lo apoyaría como candidato independiente si su partido lo excluyera o lo vetara.
Ahued fue el mismo que como diputado federal, cumpliendo la palabra que había empeñado ante sus electores, votó en contra del aumento al IVA durante el gobierno de Felipe Calderón. Fue el único, no obstante que sus demás compañeros del PRI cuando eran candidatos habían prometido que harían lo mismo. Todos se rajaron y acuchillaron al pueblo, a quienes habían votado por ellos con la promesa de que defenderían sus intereses.
Vivencia
Me sucedió la semana pasada. El martes compartí en Facebook y en Twitter las columnas “Jaque Mate” de Sergio Sarmiento (“Inmediatos culpables”) y la de Guadalupe Loaeza (“¿Qué tal durmió, señor gobernador?”), publicadas ambas en el diario Reforma. Los dos se ocuparon del caso del fotoreportero Rubén Espinosa. Sarmiento manejó que no se podía culpar a nadie (esto por el señalamiento colectivo culpando al gobernador Javier Duarte de Ochoa) hasta que no se tuvieran pruebas, “sin descartar la responsabilidad del gobernador o del Estado mexicano”, mientras que la señora Loaeza se le iba con todo al gobernador prácticamente culpándolo de todo lo malo que pasa en Veracruz y lo que le pasó al compañero periodista. Eran, pues, dos posiciones muy claras, una moderada que ponía a salvo a Duarte de toda sospecha hasta que no le demuestren lo contrario, y la otra contundentemente acusatoria.
Lo que me llamó la atención y que debiera poner en alerta a los hacedores de imagen del gobernador es que los usuarios de las redes sociales retuitearon y compartieron en sus muros sólo el artículo de Guadalupe Loaeza e ignoraron el otro, esto es, advertí que la comunidad internauta quiere y ya tiene un solo culpable al margen del resultado final de la investigación que se sigue. Si este sentimiento de linchamiento colectivo no pone en alerta a los asesores de Duarte para que lo ayuden a mejorar su imagen, el final del sexenio será un infierno.
Verónica de la Medina
Me parece más inteligente y novedosa la forma de hacer campaña de la señora Verónica de la Medina a favor de su esposo Héctor Yunes Landa que la que anda haciendo éste. Ayer, la señora marchó con una agrupación “apartidista” de mujeres de Zongolica que defienden los derechos de las féminas de la Sierra de Zongolica. En cambio, Héctor, van ya dos ocasiones en que junto con Yolanda Gutiérrez Carlín reparte apoyos de Protección Civil en dos puntos del estado. Si bien su función se lo permite, el aspirante debiera cuidar mucho aquello de no hagas cosas buenas que parezcan malas, pues, creo, no es así como se va a quitar de encima el señalamiento de que lo está apoyado el Gobierno del Estado. Su esposa lo debe asesorar más y mejor.