Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Prosa aprisa
Se robustece el periodismo crítico
Arturo Reyes Isidoro
El pasado 10 de febrero mis compañeros columnistas José Ortiz Medina, Raymundo Jiménez y Manuel Rosete Chávez me invitaron a participar con ellos en su programa “Polaca a la Veracruzana”, una producción del portal Versiones TV.
Ahora sí, como le dijeron alguna vez a Miguel Molina en Radio UV cuando lo batearon y con ello le hicieron un favor porque tuvo que emigrar y triunfó en Europa, sé que no doy el perfil para medios audiovisuales, pero acepté ir con gusto por mi amistad con ellos y porque todo espacio es bueno si de debatir sobre Veracruz se trata.
Lo dije al aire, me sorprendió gratamente la apertura que mantienen, la crítica y el señalamiento que hacen sobre la situación que vive el estado, y más cuando me dijeron, fuera de programa, que pronto tendrán en el plató a Héctor Yunes Landa, a Dante Delgado Rannauro y esperan tener con ellos a Miguel Ángel Yunes Linares.
Más que el hecho, lo que quiero destacar es el avance que está teniendo la prensa independiente, crítica y plural en el estado, un terreno que se va ganando, que ha costado tristemente la muerte de varios compañeros y la desaparición de otros, a los que no se les puede homenajear de mejor forma que haciendo un periodismo independiente y crítico, de servicio a la sociedad.
Creo que al menos en Xalapa, la capital del estado, ciudad universitaria pero también política por naturaleza como asiento de los tres Poderes, con algunas excepciones ha prendido la madurez que hace posible incluso la convivencia en especial entre columnistas y personajes de la clase política y gobernante a los que se somete a la crítica cuando es necesario.
En este espacio he dado cuenta de convivios que han reunido a funcionarios o políticos y a columnistas en donde, para mi grata sorpresa, nunca ha ocurrido ningún incidente por algún reclamo por algo publicado, e incluso ha prevalecido por encima de todo el respeto. Como en toda sociedad madura, civilizada.
Incluso, debo decirlo, el propio gobernador Javier Duarte de Ochoa, cuando se ha reunido con varios de nosotros, tampoco se ha mostrado hostil por lo que publicamos, por la crítica que hacemos a su gobierno, y siempre me he preguntado por qué no generaliza esa actitud incluso con sus más acervos críticos.
Veo como prueba de ese periodismo crítico, necesario hasta para el gobernante por estar debidamente sustentado, que debiera servir de reflexión sobre si están haciendo bien las cosas y si creen que el ciudadano no se da cuenta, la columna de ayer de mi compañero Raymundo Jiménez. Su argumentación es contundente.
“Que nadie se sorprenda si en éste o el próximo año Álvaro Cándido Capetillo Hernández, ex director general del Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos (IVEA), es incorporado a una secretaría de despacho en el gabinete estatal o es postulado por el PRI o el Partido Verde a la diputación local en el 2016”, escribió Raymundo.
¿Por qué el ex titular del IVEA no podría correr con la misma suerte que Gabriel Deantes Ramos o Edgar Spinoso Carrera, quienes en marzo de 2014 fueron ‘cesados’ de manera fulminante y luego, casi un año después, reivindicados, uno como secretario de Trabajo y el otro a punto de ser abanderado por la alianza PRI-PVEM a diputado federal por el distrito electoral de Martínez de la Torre?”.
Para los lectores que no están familiarizados con el caso, a Capetillo Hernández la Auditoría Superior de la Federación le detectó irregularidades cuando estuvo al frente del Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos (IVEA) con un presunto daño o perjuicio, o ambos, a las arcas federales por un monto de 6,746,798.00 pesos.
Pero en complemento de eso, el contralor del Estado, Ricardo García Guzmán, informó el sábado pasado que la destitución de Álvaro Cándido Capetillo Hernández como director del IVEA se debió a que no pudo acreditar el gasto de 36 millones de pesos, por lo que se pidió su separación del cargo y se le inhabilitó para el ejercicio profesional por diez años (Iván López Fernández, el anterior Contralor, jamás hizo público un caso con nombre, apellidos y montos).
¿Qué se le puede rebatir al columnista, que se apoya para su juicio en hechos a la vista de todos? Él ha cumplido con su papel de emitir un juicio crítico que a la vez es un llamado de atención de que las cosas no se están haciendo bien desde el poder cuando recuerda que se ha rehabilitado y recompensado hasta con cargos de primer nivel a quienes en su momento se les cesó y se les señaló públicamente.
Tal pareciera, como apunta al final de su columna que no hay otros profesionistas veracruzanos realmente honestos y eficaces. Ese tipo de decisiones llevan descrédito al Gobierno, que no es culpa del periodista, como luego se pretende hacer creer, sino de quienes deciden.
Esta revitalización del periodismo crítico es saludable, no sólo para la sociedad sino hasta para el propio Gobierno, porque lo ayuda a darse cuenta dónde las cosas no se están haciendo bien y para que tomen las mejores decisiones, si se quiere, claro está, para corregir.
No que el periodismo crítico no exista ni haya existido en Veracruz, pero observo que últimamente se ha robustecido, que cada vez más medios y más periodistas toman sana distancia del poder y asumen su papel simple y sencillamente de decir los hechos tal cual, pero también, cuando es necesario, de hacer críticas, señalamientos, denuncias, necesarias en una democracia y para suplir el equilibrio que, lamentablemente, no ejerce el Poder Legislativo, por su sometimiento.
En este mar revitalizante del periodismo veracruzano se van quedando quienes tal vez no se han percatado que la sociedad, con modernas armas de información y comunicación como son las redes sociales, ya no se deja engañar, pero tampoco ya no se le puede tratar de engañar porque está bien informada, al instante.
Y, váyase para atrás, Gina Domínguez Colío ha vuelto de lleno a lo suyo y llega dispuesta a sumarse a ese periodismo basado en hechos, de investigación, serio, profesional. En otra columna, si es posible mañana, le doy todos los detalles. “Como coordinadora de Comunicación Social yo nunca pedí la cabeza de nadie, se le puede preguntar a cualquier dueño de medio”, me dijo y citó los casos concretos: el de Maryjose Gamboa y el de José Pastor Sánchez.