Carlos Ramírez/Indicador político
Tomás va y abre fuego
Recordé en “Prosa aprisa” del jueves pasado que en el año de 1981 el entonces presidente José López Portillo se aprestaba a decidir quién sería su sucesor en 1982. Había ido descartando aspirantes de entre los más próximos a su equipo y las circunstancias que vivía el país no le dejaron más que dos opciones: si el país requería de un personaje con experiencia política optaría por el entonces dirigente nacional del PRI, Javier García Paniagua, pero si había necesidad de alguien que pudiera sortear las dificultades financieras por la crítica situación que se vivía por los errores de su administración, la candidatura sería para su secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado, formado en el Banco de México. La circunstancia por el desastre económico y financiero con el que terminaba la administración federal hizo que el elegido fuera De la Madrid.
A tres meses y medio de que arranque legalmente el proceso sucesorio que culminará con el relevo de Javier Duarte de Ochoa, nadie del PRI en el estado duda que será el presidente Enrique Peña Nieto, como jefe político del priismo nacional, quien diga la última palabra sobre quién deberá ser el abanderado tricolor.
También narré el jueves pasado que durante una visita al Mercado La Rotonda en Xalapa el senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, aspirante a la candidatura priista, declaró que en Veracruz existe un serio problema de carácter financiero, económico y administrativo que está repercutiendo negativamente en todas las áreas, pero que una vez resuelto se van a obtener repercusiones positivas en los rubros de seguridad, combate a la pobreza, obra pública y dotación de servicios. Planteó entonces: “Por eso la ciudadanía tiene que empezar a pensar qué tipo de perfil de Gobernador necesita. Creo que si el problema es financiero y económico del estado, para resolver este déficit estructural mensual, anual, se requiere gente precisamente con ese perfil y proyección”.
La propuesta de Pepe iría en el sentido con el que decidió su relevo López Portillo, esto es, aplicar para la enfermedad la medicina apropiada, lo que se entendería como que la circunstancia que vive Veracruz urge que llegue al gobierno alguien que ponga orden en la administración, un político que sea además experto en finanzas y economía. Se entiende que el senador oriundo de Perote se incluiría dentro del perfil necesario pues es licenciado en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) e hizo una maestría en Administración Pública en la Universidad de Columbia en los Estados Unidos, amén de que actualmente preside la comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República.
Pero en las reuniones a que invita con cierta periodicidad a algunos columnistas, Yunes Zorrilla ha mencionado a otro político veracruzano que, a su juicio, tiene también el perfil necesario para encarar con éxito la grave situación económica y financiera que padece la Hacienda pública estatal: a Tomás Ruiz González, exsecretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado, actualmente secretario de Infraestructura y Obras Públicas.
Si en efecto el enfoque que maneja Pepe fuera el que tomará en cuenta el presidente Peña Nieto a la hora de decidir, Tomás tiene todos los galardones necesarios para ser considerado seriamente: además de abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho, cursó un diplomado en Finanzas en el ITAM, y una maestría en Economía Política Internacional igualmente en la Universidad de Columbia –como Pepe–, fue director general de Banca Múltiple en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y en el de Ernesto Zedillo el angelito no sólo fue Procurador Fiscal de la Federación sino también Subsecretario de Ingresos además de primer presidente del Sistema de Administración Tributaria (SAT), además de que en el gobierno de Vicente Fox fue director general de Banobras y de la Lotería Nacional, entre un largo currículum que lo adorna.
Pero ése no es todo su plus. Habría que recordar que en 2004 el entonces gobernador Miguel Alemán Velasco lo llegó a considerar su carta fuerte para sucederlo, tanto que lo alentó a mostrarse ante el electorado acuerpado entonces por políticos locales como Marcelo Montiel y Juan Antonio Nemi Dib, además de que muy discretamente el PRI estatal le empezó a abrir espacio con fines futuristas. Finalmente Alemán optó por Fidel Herrera Beltrán, de lo que ahora se arrepiente.
Pero lo que me ha dejado sorprendido fue haber escuchado el pasado fin de semana, de una fuente para mí insospechada, que el gobernador Javier Duarte de Ochoa lo alienta para que busque la gubernatura de dos años y que ya le dio luz verde para que se empiece a mostrar ante los electores, lo que comenzará a hacer este lunes en Coatzacoalcos cuando ofrezca una conferencia de prensa para hacer un importante anuncio sobre el Túnel Sumergido del río Coatzacoalcos y se reúna con representantes de las cámaras empresariales. A Tomás, pues, se le comenzará a ver por todo el estado, aunque sin romper los tiempos políticos formales y legales: sus recorridos tendrán que ver sólo con los temas de la Secretaría a su cargo. Pero hoy abre fuego.
¿Tomas Ruiz González entonces para la gubernatura de dos años, pone orden y limpia la casa, y Pepe Yunes Zorrilla para la de seis? O ¿Tomás el plan B si el plan A, Pepe, por la circunstancia que se quiera, no va?
Así las cosas, el panorama sucesorio estaría tomando otro giro con un actor político que hasta ahora no ha sido considerado seriamente, si bien se le había mencionado (al menos en esta columna), quien además conjuntaría tanto a Pepe como a Duarte, además de al exgobernador Alemán, el veracruzano más cercano al presidente Peña Nieto, bien visto por Luis Videgaray el poderoso secretario de Hacienda y con un perfil ad hoc para la crisis económica y financiera que vive Veracruz.
Pepe está acertado en su apreciación sobre Tomás (se sabe que los dos se reúnen con Videgaray): el jueves pasado anunció que el Gobierno de la República transferirá recursos presupuestarios por el orden de casi 300 millones de pesos al estado para ser aplicados en materia de construcción y modernización de caminos rurales y carreteras alimentadoras (Juan Rodríguez Clara-Santa Rosa; Chavarrillo-Monte Obscuro-Palmar Estación; Las Vigas-Jonotal-Piedra Parada; Cerrillo de Díaz-Ojo Zarco; Xometla-El Paso-La Ciénega; Tenextepec-El Escobillo; Xico-Tonalco; Pánuco-Minera-Autlán-Ochoa; Tenixtepec-Cuiyachapa y Altotonga-La Ventanilla, entre otros).
Ese día se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Convenio de Coordinación en el que se anuncia la reasignación de recursos por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para la entidad. O sea, ya dio muestras de lo que puede hacer para la alicaída economía del estado con sus relaciones. Hasta ahora el único que había estado bajando recursos federales era el senador Yunes Zorrilla.
Ante el anterior panorama, ¿Duarte está encartando otra baraja porque ve el riesgo de que la que trae ahora en la persona del senador Héctor Yunes Landa no llegue lejos?, o ¿alguien lo alertó de lo que podría venir y se ha adelantado para reclamar la tutoría?
El gobierno, paralizado
La gravedad de la situación por la que atraviesa el Gobierno del Estado se ve reflejada en la página web de la Coordinación General de Comunicación Social. Salvo la atención a una afectación menor por lluvias en Córdoba y Tomatlán, ayer no se manejó un solo boletín de alguna acción de alguna dependencia oficial. Nada. Hay inanición. Está paralizado el Gobierno.
Que Silva sí va
Un operador autorizado del equipo de Alberto Silva Ramos me dijo ayer que se sacaron de contexto sus palabras: que sí buscará la gubernatura de dos años y que lo que dijo fue que por ahora se dedicará a su tarea legislativa porque todavía no son los tiempos.