Carlos Ramírez/Indicador político
En Veracruz ya no cabe la uniformidad
Vivimos días inéditos en la vida pública de Veracruz. Desde sus respectivas posiciones, los veracruzanos asisten a una confrontación entre grupos e intereses de poder, que de cara a la sucesión gubernamental en el estado se disputan el poder.
A diferencia de procesos anteriores, esta vez las circunstancias que se han presentado nos sitúan en un escenario que aunque desde las declaraciones y comentarios del lado oficial pareciera estar resuelto a su favor, los hechos parecen decir otra cosa, o al menos plantean la duda.
Desde el lado oficial, el jefe político no tiene ninguna duda, así lo dice abiertamente, de que el próximo año su partido va a ganar las elecciones y por lo tanto van a seguir en el poder, lo van a conservar. Ofrece razones, sus razones. Habla desde la posición de poder.
Pero por una disputa interna con otro grupo que reclama la alternancia, pese a todos los intentos mediáticos por hacer creer u ofrecer la percepción de que hay unidad y control, y disciplina, hechos, declaraciones, actitudes, trascendidos, dicen otra cosa.
Nunca se había dado el caso en la historia de Veracruz, una vez hecha institución la Revolución, que dos poderosos actores políticos del mismo sistema oficial no sólo disentieran del jefe de su mismo partido, sino que le hicieran señalamientos, criticaran su forma de conducir la cosa pública y la forma en que pretende resolver su relevo gubernamental.
En medio de la disputa, ha asomado el mismo partido y el mismo sistema político antidemocrático, autoritario, vertical, corporativo, donde decide un solo hombre sin tomar en cuenta la opinión ni los intereses de su militancia, que por otra parte es sumisa o actúa por necesidad porque se aprovechan de su pobreza o de su miseria para tenerla cautiva con dádivas disfrazadas de apoyos sociales.
Adentro del sistema que nos gobierna y del partido en el poder siempre se habla de cambio, de democracia, pero, ya lo vemos y estamos viviendo, eso no es más que una falacia: si pensábamos que en 2000 los mexicanos habían desterrado el viejo sistema corporativo para siempre, cuando con su voto hicieron ganar a la oposición, nos equivocamos.
Fue a raiz de ello que los derrotados de entonces y hoy vueltos al poder dijeron, proclamaron, que habían aprendido la lección ante el cansancio del electorado, de los ciudadanos, de la población en general, por los abusos del poder que los caracterizaron por 71 años, donde campeaba la corrupción e impunidad… como hoy.
Hacia adentro, pues, por más que se niegue o se pretenda aparentar otra cosa, no llegarán unidos como otras veces, o sí, llegarán unidos pero en grupos que o no van a jalar parejo o se van a abrir en desacuerdo si se postula a una persona con la que no comulguen sin necesariamente renunciar a su militancia, lo que podría abonar a favor de la oposición.
En este escenario, a la posición oficial no ayuda en nada que el patriarca, la raiz, el tronco común del grupo en el poder esté siendo sometido en este momento a una feroz crítica social a través de las redes sociales, pero también de la prensa extranjera, internacional, por un polémico nombramiento, que es más bien desafortunado para sus intereses, porque es imposible desasociarlos.
Incluso criticarlo ahora desde dentro y culparlo de la grave situación financiera que se afronta no convence al ciudadano común y hasta se revierte hacia adentro, porque el causante se pregunta por qué hasta ahora, pero, más, por qué no se denunció desde un principio lo que ahora se ve y por qué no se le llamó ni se le llama a cuentas y se le hace reparar el daño patrimonial que haya cometido.
Vemos, leemos, escuchamos también cómo se dictan medidas que tratan de crear una buena imagen del gobierno, que ha navegado la mayor parte de su gestión en medio de críticas y señalamientos en su contra, además de una confrontación casi permanente con buena parte de la prensa y de actores que comentan o hacen opinión, medidas que impactan mediáticamente en forma momentánea pero que por las reacciones que se dan en forma pública y abierta se advierte que no convencen, o no convencen a todos, y en importantes sectores de la vida pública del estado persiste la duda cuando no la desconfianza, el rechazo, pero también las críticas y la inconformidad.
Y en esta disputa está también el de “enfrente”, la oposición real, la que se anuncia que será destruída incluso con acciones legales antes de que se posicione con una candidatura formal, para evitar que participe en la contienda y ponga en riesgo seriamente la continuación y la continuidad en el poder de quienes ahora lo detentan, acción que obligadamente va a abrir una guerra cuyos primeros escarceos ya estamos viendo.
Será, sin duda, una guerra desgastante para las partes, y en toda guerra siempre hay lastimados, víctimas, gane la parte que gane. Al menos saldrán muchos raspados. Pero llama la atención que una parte, la aparentemente más débil o que está sentenciada a perder, no dé muestras precisamente de estar temerosa, o arrinconada, y mucho menos débil.
Sin estridencia, ayer mismo vimos en fotografías que esa parte está en plenitud también de poder legislativo, incluso codeándose con el mismísimo ministro del Interior, esto es, el Secretario de Gobernación, lo que hace pensar que su inhabilitación y su destrucción no será fácil, aunque pudiera ser posible.
Pero otro factor más, que no contaba tanto en el pasado o que no tenía la fuerza que tiene hoy, son las redes sociales, que constituyen una vía alternativa a la voz ciudadana o para la inconformidad social cuando hay cerrazón en los medios de información tradicionales, lo que tampco hace fácil las cosas para quien quiera actuar hoy fuera de la razón o la ley o con abuso. Incluso, se añade ahora la prensa internacional, que tiene puesta la atención en nuestro estado, como lo reflejan las notas que se publican cada vez con más frecuencia en los medios extranjeros.
Si se quieren ver las cosas desde un ángulo positivo o con optimismo, se podría decir que al final de cuentas es bueno que pase todo lo que está pasando porque nos muestra como una sociedad viva, alerta, en la que ya no cabe la uniformidad ni se está dispuesto a aceptar cualquier cosa que no sea buena o conveniente para el interés colectivo, sólo porque provenga del poder.
Pero para completar el cuadro falta un elemento: el ciudadano, que al final será el que decida qué le conviene o no. Ése será su reto mayor, su gran responsabilidad, de marcar con su voto el rumbo que quiere en el futuro para Veracruz, si está contento con los que están y decide que continúen, o si los reprueba y vota por la alternancia o bien por la oposición. Esto apenas inicia.
No aflojan al Tío
Decía ayer que era triste el papel y triste el final que está teniendo el exgobernador Fidel Herrera Beltrán por los cuestionamientos a que está sometido en la prensa mexicana y española a raiz de su nombramiento como cónsul en Barcelona, España.
Ayer, Ricardo Raphael, analista político, escritor, periodista, columnista, conductor de televisión y coordinador de la Maestría en Periodismo en el prestigiado Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), en su artículo en El Universal hizo un severo análisis de su nombramiento y comentó: “Si Fidel Herrera dura más tiempo como cónsul en Barcelona que Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España (tres meses) estaremos todos sorprendidos”. Cerró su colaboración con una frase, la misma con la que titulé ayer “Prosa aprisa”: “Pero, ¿qué necesidad?”.
De ribete, anoche leí que El Periódico de Cataluña no lo afloja y ahora publicó que los mexicanos en Barcelona están asustados por su llegada. Qué triste y lamentable. No había necesidad.
Presentan interesante libro de Jorge Williams
La tarde noche de este viernes (19:00 horas) será presentado el libro Instituto y Museo de Antropología de Xalapa. Historia de su fundación y patrimonio cultural de Jorge Williams García, precisamente en el Museo de Antropología de la capital del estado. Es un libro de recuerdos, un homenaje a todos los que participaron en la búsqueda de los vestigios arqueológicos del estado. La presentación la hará la doctora Maura Ordoñez Valenzuela, hará un análisis el arqueólogo Mario Navarrete Hernández y hablará el propio autor. Sin duda, será todo un éxito.