Gabriel García-Márquez/Sentido común
El submarino y Pepe Yunes
Bien dice el dicho que cuando Dios da hasta los costales presta.
A algunas personas de Xalapa les sonó ayer el teléfono celular a la hora de la comida. Desde la ciudad de México escucharon el mensaje: “Me pidió nuestro amigo que te llamara y que te felicitara porque eres parte del proyecto. Tú has estado con él y no se le olvida. Las cosas salieron bien, van bien. Nos fortalecimos. Nos beneficia a todos. Buen provecho, que tengas buena tarde”.
Por instrucciones del presidente Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había dado posesión a José Antonio Meade Kuribreña como nuevo secretario de Desarrollo Social. Meade, uno de los cuatro fantásticos del ITAM y broder del senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, condiscípulos junto con Luis Videgaray Caso y Ernesto Cordero Arroyo.
¿Por qué Meade, de Relaciones Exteriores a la Sedesol si como canciller había cumplido un excelente papel, con los mejores resultados, de los pocos que no le habían fallado al Presidente, como Osorio Chong con el caso de El Chapo o Murillo Karam con el de los normalistas de Ayotzinapa?
A punto de llegar a la mitad de su administración (el martes rinde su tercer informe de gobierno), Peña mostró ayer una nueva carta para sucederlo en 2018. Lo sacó de las áreas técnica, económica y diplomática (fue secretario de Energía y de Hacienda y Crédito Público en el gobierno de Felipe Calderón, y hasta ayer lo era de Relaciones Exteriores) para llevarlo a una social, donde hará contacto con las bases, con los que votan y deciden una elección, para que se dé baños de pueblo.
El pasado 29 de junio el director editorial del diario Excelsior, periodista de carrera, brillante reportero en Proceso con el maestro Julio Scherer y columnista diario en su periódico escribió (“El periscopio del canciller”):
“En la ruta de la sucesión presidencial, navegan dos fragatas. Una lleva como nombre Luis Videgaray y la otra, Miguel Ángel Osorio. Lado a lado, surcan un mar lleno de peligros. Las tormentas ya han causado estragos en sus cascos, aunque no han logrado hundirlas” (entonces no pasaba lo de El Chapo ni vivíamos la turbulencia económica que hunde al peso).
Apuntó entonces: “Sin embargo, pocos han advertido que bajo la superficie del agua avanza, sigiloso, un submarino llamado José Antonio Meade. En las profundidades, poco se percibe el mar picado y no llegan los rayos”.
Prosiguió: “El submarino tiene un periscopio por el que se asoma continuamente su capitán. Le permite saber dónde está y no perder el rumbo. A diferencia de las naves de arriba, el submarino marcha sin mayores contratiempos”.
“Tiene la ventaja de no haber sido alcanzado por los vientos huracanados de la inseguridad, el estancamiento económico y la corrupción. Aun así, su ruta no deja de tener peligros, entre ellos la tradición:
Hace más de un siglo que un secretario de Relaciones Exteriores no llega a ser Presidente” (curiosamente, este artículo lo habíamos comentado el miércoles en una comida con Pedro Canabal Hermida, Administrador Regional de Auditoría de Comercio Exterior del Sur del país, del Servicio de Administración Tributaria, SAT, y con Julio Hernández, publirrelacionista del puerto de Veracruz).
Ayer dejó de ser canciller. Se ha alejado del escollo de la tradición. Entró al juego. Para seguir en el símil de Pascal, el submarino bajó el periscopio y salió ayer a la superficie.
Y si Pepe estaba ya bastante bien apuntalado en el equipo peñista a través del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, ayer le llegó otro pilote de acero con Meade. Tiene dos puntales ahora: el del dinero y el de los programas sociales, ambos cercanos y de las confianzas del Presidente. Casi nada. No cabe duda, cuando Dios da, da a manos llenas.
Por eso la llamada ayer: Las cosas salieron bien, van bien. Nos fortalecimos.
Un dato que no se ha revelado hasta ahora es que luego de las elecciones del 7 de junio pasado, la primera actividad que pensaba realizar Pepe era sentarse a comer con un grupo de columnistas y con el primero de una serie de invitados del altiplano que le han ofrecido venir para reiterarle su amistad y consideración: con José Antonio Meade Kuribreña. En lo que se decidía si el encuentro sería en el rancho San Julián, o en 5 Palos, Coatepec, o en Xalapa, y luego ante indicaciones del altiplano, el encuentro se pospuso, pero podría cumplirse el próximo 25 de septiembre con motivo del cumpleaños del peroteño o en octubre con el pretexto del informe del legislador de la Cámara alta del Congreso de la Unión.
Lo que son las circunstancias políticas. Marcelo Montiel está por irse, quiere irse ya de la delegación federal de la Sedesol en el estado. Pero es amigo de Pepe y ha estado y se mantiene en su causa, en su proyecto político. Su amigo le puede pedir que se aguante y que sirva desde adentro a la causa. Lo mismo con Ranulfo Márquez Hernández en la Sedesol estatal, quien ya quiere irse para trabajar abiertamente por Pepe. Las cosas han cambiado, le pueden decir. Ya va a haber recursos para trabajar.
“Diga lo que diga, haga lo que haga, Pepe es mi senador y es mi amigo. Yo sé que cuento con él como él sabe que cuenta conmigo”, ha dicho Javier Duarte. Ahora, más.
Si el proyecto del Presidente con Meade cuajara, necesitarían a un hombre de todas las confianzas, a un aliado a toda prueba en el Palacio de Gobierno en Veracruz, alguien en quien confiar para el 2018, el que los ayudaría a llevar a buen puerto al submarino. ¿Quién cree que podría ser?
Buganza, avanza
Por el lado independiente, Gerardo Buganza, aspirante a candidato ciudadano a la gubernatura, hace lo suyo y lo hace bien. Ayer dio un buen campanazo al reunirse en un desayuno con Cuauhtémoc Cárdenas. Durante dos horas hablaron sobre el promisorio futuro político que tienen las candidaturas ciudadanas en el país ante el hartazgo con los partidos políticos tradicionales. En el restaurante El Cardenal del Hotel Sheraton, frente a la Alameda, quedó abierta la invitación y la posibilidad de que el michoacano venga a hacer causa común con el cordobés, como lo hará El Bronco Jaime Rodríguez y como lo harán también Diego Fernández de Ceballos y Santiago Creel, entre otros. Otra cosa es cierta también: muchos del PRI, pero también del PAN se le van a sumar.
Héctor
Por el lado del otro senador priista, Héctor Yunes Landa, ayer calificó como positivos los cambios en el equipo del presidente Peña Nieto. Participó en el inicio de la VII Reunión Plenaria de los grupos de senadores de los grupos parlamentarios del PRI y del Verde Ecologista de México.
Miguel Ángel
A su vez, el diputado federal electo del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, también salió ayer a dar declaración. “La economía no funciona, no se generan los empleos suficientes, la inseguridad cada día amenaza con mayor fuerza y violencia a las familias mexicanas y en particular a los veracruzanos; la corrupción en el gobierno sigue siendo una práctica común que es indispensable desterrar. Todo esto se podrá cambiar si los diputados de todos los partidos actuamos anteponiendo el interés de México al de nuestras organizaciones políticas; yo así lo haré”. No dejó de arremeter contra el gobernador Javier Duarte de Ochoa y dijo que se sumará a la demanda del PRD de que sea sometido a juicio político. El verano sigue muy caliente, y todavía nos espera un otoño sofocante. Buen fin de semana, lector.