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CHICONTEPEC, Ver., 30 de noviembre de 2013.- La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJ), en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), presentó a Gabriel Cruz González, Alberto Cayetano Miguel y Heracleo Feliciano Anastacio Jaime como presuntos responsables de la muerte de los sacerdotes Hipólito Villalobos Lima y Nicolás de la Cruz Martínez, de la iglesia San Cristóbal en Ixhuatlán de Madero.
En conferencia de prensa, el subprocurador regional de Justicia zona norte-Poza Rica, Tomás Cristóbal Cruz, dio a conocer los detalles del esclarecimiento de este acontecimiento que fue motivado por un robo.
Dijo que los hechos se suscitaron en la madrugada del pasado viernes 29 de noviembre en el interior de la casa parroquial de la iglesia San Cristóbal del municipio de Ixhuatlán de Madero, por lo que se inició la Investigación Ministerial número CHI-154/2013 por los delitos de homicidio calificado.
Como resultado de las primeras investigaciones, comentó, se logró el aseguramiento de cinco personas: Gabriel Cruz González, alias El Gavilán, Alberto Cayetano Miguel, El Calaco, y Heracleo Feliciano Anastacio Jaime, El Camilo, así como dos menores de edad, de quienes se omite su identidad, conforme lo establece la ley correspondiente.
En sus declaraciones ante el Agente del Ministerio Público, los agresores confesaron la manera en que planearon e intentaron ejecutar el robo en la casa parroquial y cómo privaron de la vida a los sacerdotes.
De acuerdo con la narración que hacen de los hechos, dijeron que estando dentro de la habitación del párroco Hipólito Villalobos Lima, le solicitaron una cantidad de dinero, pero como no se las quiso dar, lo empezaron a golpear, infiriéndole heridas cortantes con un cuchillo.
Según la versión de los detenidos, al escuchar los gritos y forcejeos, el padre Nicolás de la Cruz Martínez salió de su habitación, siendo golpeado con una piedra por uno de los agresores y, luego de perder el conocimiento, fue agredido con el arma blanca.
Durante la investigación, el cuchillo fue recuperado por la autoridad, al ser entregado por la mamá de Gabriel Cruz González, el cual presentaba manchas de sangre, yal ponerlo a la vista del presunto responsable, lo reconoció como el que fue utilizado para privar de la vida a los sacerdotes.
También aceptaron que la piedra que se encontró en el lugar de los hechos, la cual contiene manchas hemáticas que están sujetas a reconocimiento por parte de los servicios periciales, es la que utilizó para golpear en la cabeza al padre Nicolás.