J Balvin, Marshmello, Armin van Buuren y Julión, en el FIG de León
MÉXICO, DF, 3 de septiembre de 2015.- Rocío, una joven de veinticinco años, está luchando en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México por la custodia de su pequeño hijo Daniel de seis años, quien fue separado de ella por mantener, de acuerdo con la juez, una relación de pareja “anormal”, señala Ednica I.A.P., una institución de asistencia privada que lleva 25 años de trabajo en la defensa y promoción de los derechos humanos de niños, adolescentes y jóvenes en situación de calle.
Tiempo atrás Rocío no aguantó más la violencia del padre y dejó junto con su hijo la casa en la que vivían; poco después Rocío conoció a Laura e iniciaron una relación de noviazgo, y durante un año Daniel vivió con ellas felizmente, sin violencia.
Año y medio después, en agosto del 2014, el papá de Daniel le pidió a Rocío una oportunidad para pasear con el niño, a lo que Rocío accedió; sin embargo, Daniel ya no regresó al hogar materno.
Durante dos años, Rocío y Laura han vivido juntas, ambas rentan un cuartito, cada una trabaja y quieren vivir nuevamente con Daniel. Por ello, Rocío acudió a inicios de noviembre de 2014 a la defensoría de oficio de Tlalnepantla e interpuso una demanda por la guarda y custodia de su hijo.
Sin embargo, el 30 de junio de 2015, la jueza del Juzgado Octavo Familiar con sede en Tlalnepantla emitió la sentencia definitiva por la cual resolvió no otorgarle la custodia; además, le impuso a Rocío visitar a su hijo en la casa de su agresor y el pago de una pensión mensual al papá para la manutención de Daniel.
Ednica destaca que los argumentos de la jueza fueron que Rocío era menos apta para estar al cuidado del niño por estar confundida en cuanto a su sexualidad, porque vivir en un ambiente diferente a lo «normal» significa una afectación al interés superior del niño y a la integridad psicológica de Daniel y porque no posee las condiciones económicas adecuadas.
Según el organismo, durante el proceso su defensor de oficio actuó con negligencia y en el Juzgado Octavo no se valoraron de manera equitativa las pruebas presentadas por Rocío y se le descalificó de manera constante por ser mujer, por supuestamente haber vivido en calle y por su orientación sexual.
Refirió que Rocío y Laura, con el apoyo de Ednica, presentaron un recurso de apelación en los tribunales del Estado de México, en la primera semana de agosto 2015. En este recurso se argumentó que no hay prueba de que las niñas y los niños que viven en hogares homoparentales tengan afectaciones psicológicas por ese motivo y que se debió investigar la violencia familiar ejercida contra Rocío y hacia el mismo Daniel.
Dado el proceso cuestionable que tuvo lugar en el 8o. Juzgado de Tlanepantla, Ednica conmina al Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, particularmente al magistrado Enrique Víctor Manuel Vega Gómez, a que tome en cuenta el interés superior del niño, a que se respete, proteja y garantice el ejercicio de los derechos reconocidos a nivel interamericano y nacional que le fueron conculcados a Rocío y a su hijo, tales como el derecho a garantías judiciales, a la maternidad, a la vida en familia y a la no discriminación.
“Por todo lo anterior, le pedimos a las organizaciones de sociedad civil, a líderes de opinión y a todas las personas con interés genuino por la defensa de la diversidad, de los derechos de los niños y de las mujeres a que se sumen a la exigencia para que Dani regrese con sus madres”.