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Promete Claudia Sheinbaum rescatar la petroquímica en el país
XALAPA, Ver., 27 de agosto de 2015.- La colonia Une-Pri, que cuenta con el comedor Sin Hambre, implementado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para propinar apoyo alimentario, carece de ayuda para los comerciantes que luchan día a día por sobrellevar la situación de pobreza, lamenta Clara Ceballos, dueña de la miscelánea Mi Tiendita. La falta de calles pavimentadas y viviendas con pisos, techos y paredes sólidas, agrava la situación.
En su negocio, Clara contempla los precios de la canasta básica de la siguiente manera: kilo de tortilla, 10 pesos; pasta para sopa, 5 pesos; pieza de pan dulce, 1 peso con 50 centavos; pan para sándwich, 22 pesos, (únicamente el chico, pues asegura que no hay dinero para más); kilo de arroz, 10 pesos, litro de leche (Nutrileche), 14; huevos, un peso con 60 centavos la pieza; aceite chico, 13; kilo de azúcar, 10, y garrafón de agua, 14 pesos.
Dice que la Coca Cola de 2 litros y medio retornable, producto que no falta en la mesa de muchas familias, incluso de escasos recursos, tiene un precio de 21 pesos, mientras que la avena no la vende porque, asegura, la gente no la compra.
En tanto, para José Amador Hernández, su esposo, quien vende pollo en la esquina de la tiendita, los precios de las distintas piezas son: pierna y muslo, 10 pesos; hígado y molleja, un peso; rabadilla, 2 pesos; ala y guacal, 3 pesos cada uno; pechuga, 30; pechuga del día anterior, 25; y patita de pollo, 2 por un peso.
“Lo que más busca la gente es el guacal, las patas y la rabadilla, y lo que más se nos queda es la pechuga porque es cara y para la gente de escasos recursos es más fácil comprar 3 huesitos que son 9 pesos y con eso darle de comer a su familia”.
Refiere que en “ocasiones ganancia no tiene, y que el producto que no se vende se vuelve de consumo familiar”.
Amador Hernández manifiesta que a pesar de levantar sus dos negocios con dinero propio, el ayuntamiento de Xalapa ha realizado inspecciones para que se regularicen con la tiendita, lo que les ha afectado de la peor manera sus finanzas. “Nos pusieron luz y el agua comercial, pero ahora en lugar de pagar 120 nos llega de 900 pesos el recibo. Para ningún negocio hay ayuda, no llega”.