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Hasta 2027 aplicaría ley contra nepotismo: Claudia Sheinbaum
MORELIA, Mich., 25 de enero de 2015.- No descartó que con esta coyuntura por la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa pueda surgir una nueva lucha armada, así lo mencionó el ex preso político Jacobo Silva Nogales, conocido como comandante «Antonio», del grupo guerrillero Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), según la información que publica este domingo el periódico Reforma.
En una entrevista realizada por el corresponsal Jesús Guerrero al autor del libro «Lucio Cabañas y la guerra de los pobres», quien estuvo preso 10 años en el penal de Tepic, Nayarit, acusado de los delitos de terrorismo, acopio de armas, homicidio y daños en propiedad ajena, aclara que él se encuentra en la lucha social, por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
El ex jefe guerrillero, quien también participó en el surgimiento del Ejército Popular Revolucionario (EPR), señala que los hechos en Iguala del 26 de septiembre, en donde fueron asesinadas seis personas, entre ellas tres normalistas de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 muchachos de esta escuela, es un tremendo abuso de poder del Estado que deja ver muchas complicidades, entre ellas, la del Ejército Mexicano.
Señala que la actitud que tomó el Ejército el día en que ocurrieron los hechos deja entrever su participación, por no haber intervenido para que a los estudiantes no se los llevaran y los desaparecieran.
«Antonio» recordó que el desencadenamiento como ofensiva armada por parte del EPR, del cual formó parte, surgió por la masacre de los 17 campesinos de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) en 1995, durante el gobierno de Rubén Figueroa Alcocer.
Pero según el ex preso político esta coyuntura del caso de Ayotzinapa es más estremecedora que la de 1995. «Es mucho más estremecedora ésta porque implica una desaparición, que es mucho más cruel que un asesinato porque genera incertidumbre, porque implica un tremendo abuso de poder y porque deja ver complicidades que no solamente existieron en el momento del acto de asesinato si no que se continúa con la desaparición», afirmó.