Pobreza extrema lo obliga a comer pellejo de pollo

COATZACOALCOS, Ver., 11 de enero de 2016.- Pareciera una historia irreal la de Arturo Marín, de 62 años, quien habita una vivienda de láminas, con una silla, herramienta de trabajo, un sofá que utiliza como cama y una pequeña grabadora para amenizar sus días de carencia en la calle Perote 207 de la colonia Lomas de Barrillas, en Coatzacoalcos, esa ciudad que crece a pasos agigantados y donde los más pobres quedan desplazados y relegados. 

Originario de Tabasco, una mala jugada del destino hizo que perdiera todo su dinero y terminara viviendo en deplorables condiciones. A la entrada de su terreno hay monte, chatarra, basura y mucha humedad; ya en la vivienda se observan sus pocas pertenencias y el lugar donde descansa, lejos de la comodidad e higiene que merece. 

Sus alimentos son lo que más preocupa, pues su dieta por la mañana es una sopa instantánea y un vaso de agua; sí le va bien toma café y atole, si no, se conforma con lo que hay; recolecta pellejos de pollo para hervirlos o freírlos, la idea es matar esa sensación de llevarse algo al estómago.

«Yo trabajó desde temprano, hago leña de la playa, la consigo para venderla. En la comida, pues no me guiso, pura bebida, ahorita temprano me tomé un atolito y prepararé una sopita nissin», explicó.

Una de sus vecinas, Bernardina Santos Molina, relató: «De hecho se sabe que su mamá enfermó, era la única que lo ayudaba con su apoyo de los programas, pero como no tenían comida iban a las pollerías, como hasta la fecha, y les regalaban el pellejo, ella sufrió del corazón por tanta grasa».

Sus vecinos están preocupados, pues aunque lo ayudan con lo que pueden, no hay nadie que se haga cargo de Arturo, quien padece los primeros síntomas de esquizofrenia, por lo que urge que instituciones como DIF lo auxilien, revisen su estado de salud y lo apoyen con alimentos.

Personas altruistas de un banco de alimentos en formación le han llevado la primera despensa, sin embargo el apoyo es muy poco con todas las carencia que tiene.