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COATZACOALCOS, Ver., 24 de agosto de 2015.- Las carencias a las que miles de niños se enfrentan en Veracruz sólo refleja que los programas sociales no terminan de abarcar la necesidad de los niños y adolescentes que tienen que hacer hasta lo imposible para obtener unas monedas y aportar recursos para sus estudios.
Andy es sólo uno de los miles de niños que salen a las calles a trabajar, consiente de la pobreza en la que está sumido él y su familia. Camina decenas de calles en Coatzacoalcos, ofreciendo flores a 35 pesos; lo que obtiene lo lleva a casa para ayudar a sus papás a comprar sus útiles escolares y poder ir a la escuela con lo mismo que sus demás compañeros.
Él no puede acceder a los programas sociales que, se supone, tienen que ayudar a las familias más vulnerables. Se habla de un trabajo por parte de las autoridades, de que los menores de edad en las calles que se encuentran en situación vulnerable son rescatados y apoyados, pero este niño, de apenas 7 años, sale a vender, camina cientos de cuadras a la semana y carga una cubeta con flores.
Pasadas las 11 de la noche se le observa en el primer cuadro de la ciudad, rogando a la población para que le compren su producto.
La agencia Quadratín Veracruz platicó con Andy, quien vive en la colonia Benito Juárez Norte, y relató que le faltan 60 pesos para comprar su mochila; de ahí, tendría que juntar para sus útiles escolares, pues la entrada a la escuela sería en unas horas.
No pedía una de marca, sólo deseaba tener algo dónde llevar sus libros al colegio; de la comida, su madre se encarga, quien trabaja todo el día para poder alimentarlos. Andy, junto a su prima, hacen lo propio y apoyan vendiendo rosas.
Cuenta que muchas personas se les acercan y les cuestionan andar solos, caminando, pidiendo que les compren flores, mendigando unos pesos por su trabajo; dice que les explican los derechos de los niños, situación que para él es lejana, puesto que trabajar le ayuda a llevar dinero a la escuela y disfrutar de alguna golosina.