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Gabriel García-Márquez/Sentido común
XALAPA, Ver., 4 de junio de 2014.- Los gobiernos responden rápidamente ante los hechos que se conocen sobre violencia entre niños, sin embargo son reacciones en el discurso que poco abonan a combatir la problemática, subrayó el investigador de la Universidad Veracruzana (UV), Leopoldo Alafita Méndez; quien dijo desconocer si existan políticas orientadas a la erradicación de la violencia contra menores.
Explicó que la vía para que dejen de suceder actos de agresión y maltrato a los infantes, está en la construcción de una sociedad más sana, que tenga un mejor sistema de educación, mejores niveles de vida con buenos salarios y oportunidades de desarrollo y además, autoridades más actuantes.
Entrevistado en el marco del Día Internacional de los Niños Víctimas de Violencia, señaló que «los gobiernos responden inmediatamente a los problemas en el discurso, pero me parece que instrumentar políticas verdaderas que vayan al fondo de la solución de problemas llevan tiempo, llevan mucho más tiempo y esfuerzos, me parece que ahí los gobiernos que forman parte del Estado en su conjunto, son bastante contemplativos y la mayor parte de las veces omisos», expuso el investigador.
Alafita Méndez agregó que la situación de agresión que viven los niños y niñas, es reflejo de la violencia y los bajos niveles de vida que existen en la sociedad actual, y explicó, se trata de un problema que debe ser atacado desde distintos enfoques como el educativo y el económico.
«Esas son frustraciones que son las expresiones del carácter de violencia que existe en la sociedad y donde me parece que el Estado está haciendo un papel todavía poco importante. Cuando tenemos un sistema de educación en donde al maestro le obligan a cubrir dos turnos y hasta tres para poder complementar un ingreso ‘decente’, lo que se obliga es que la atención disminuya», aseguró.
Agregó que los medios de comunicación no reproducen en su totalidad la situación de violencia que sufren los niños en el país, pues en su mayoría son regulados y la situación es más compleja de lo que se dice. «Yo creo que el fenómeno es mucho más grave de lo que se conoce en los medios, lo que se conoce son actos aislados de afectación de los niños cuando ya no se pueden ocultar, pero de manera cotidiana hay un ejercicio de violencia contra los niños que nadie atiende y me parece que el problema es mucho mayor de lo que la gente supone por lo que lee en los medios. Los medios no son el vehículo que exprese esto y tampoco es la fuente para saber el tamaño del problema social», sostuvo.