Reformas constitucionales y la tentación de Morena hacia el autoritarismo
Delincuencia a la baja
La familia esperaba ya el viernes, quería ir a la feria de Banderilla. Los niños ansiaban subirse a la rueda de la fortuna, los carros chocones y al extremo Crazy Mouse. No llevaban mucho dinero, pero para distraerse un rato era suficiente. Tomaron los cuatro el auto familiar y salieron de casa. Banderilla en estas fechas recibe muchas personas por los espectáculos y artistas que presenta en su feria. Tardaron un rato en buscar donde estacionarse, ya que todo estaba lleno, sin embargo, tomaron la avenida principal y encontraron un lugar cerca de Palacio Municipal. Cerraron bien el Tsuru y salieron confiados: alrededor, varios policías vigilaban la zona. Unas cuantas horas después, al regresar cansados de recorrer el recinto ferial, ya no encontraron su automóvil. Preguntaron a los policías que “por desgracia”, no vieron absolutamente nada.
II
Llega corriendo mi maestra y pide una disculpa por iniciar tarde la clase. Acaban de recibir en su trabajo una llamada de extorsión. Tenía algunos días que los delincuentes habían preparado el golpe, llamando a las oficinas. Por desgracia, la secretaria había dado “demasiada información”. Ahora andan buscando un nuevo lugar para rentar y colocar su negocio allí, ya que les preocupa la seguridad e integridad de todos los empleados.
III
Un amigo acude a un cajero de Banorte en la avenida 20 de Noviembre de la capital veracruzana a retirar su dinero. Ingresa su tarjeta de débito, teclea el chip, espera mientras escucha el sonido del conteo de los billetes por parte del cajero. Sigue esperando, pero el cajero no le da su efectivo. Extrañado, empieza a revisar cuidadosamente el cajero de arriba abajo y descubre un plástico negro colocado estratégicamente en la abertura de la entrega del efectivo. Lo arranca y ahora sí, el cajero entrega su efectivo. Me imagino alguien esperaba que saliera a reportar el incidente, para entonces entrar y llevarse el botín.
IV
¿Estás en el buró de crédito? Pregunta una amiga a otra. ¡Mira!, me comenta la amiga de un amigo, que nos cobran mil pesos por borrarnos del Buró de Crédito. Ahorita depositas quinientos pesos a la cuenta X del banco Scotiabank y después de que te borren, depositas los otros quinientos pesos, eso te da seguridad de que es lícito.
Mi amiga preocupada por su historial de buró decide (en sus 5 minutos) tomar quinientos pesos y depositarlos con la finalidad de que la bajen de buró. Le dan la indicación de esperar y después verificar que ya no esté, cosa que nunca pasó y que al verificar la página en facebook “borrado de buró”, ésta ya no aparecía disponible. Desde luego que era fraude, como lo manifiestan muchas personas timadas con el mismo procedimiento, con la diferencia que les piden depositar en un Oxxo cantidades mayores. ¡Ojo! estas páginas no corrigen la situación de crédito de las personas, a menos que hacken la base de datos; sin embargo, la calificación no la modifican, esa sólo la puede cambiar la institución o negocio que subió la información.
V
Después de anunciar su camioneta, por fin le sale un comprador del vehículo modelo Estaquitas. La señora sabe cómo está todo lo relacionado con la compra-venta de vehículos usados y para no correr riesgos, decide tomar sus precauciones. Se cita con los compradores en el banco para entregar los papeles y éstos a su vez le entreguen la cantidad de dinero correspondiente al vehículo. Los compradores le dan un cheque de otro banco, y le explican que querían entregar el efectivo, pero por medidas de la institución bancaria, no les es posible hacerlo, razón por la que le expiden el cheque. La señora endosa la factura y poco tiempo después descubre que el cheque no tiene fondos, pues no estaba certificado.
VI
Después de conocer estas historias en menos de una semana, algo no me queda claro… veo las noticias en los portales de internet y leo que los índices de delincuencia, robo y extorsión van a la baja. La lógica me dice que alguien miente o a alguien “le gusta” inventar historias de terror.
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