Números Rojos

Tocan la puerta desesperadamente. Es mi vecina que pide a mi marido la acompañe porque su marido se está peleando con el visitante de una vecina, por un lugar de estacionamiento.
Me mantengo en casa, esperando y con los nervios de punta, pues uno nunca sabe qué puede traer la otra persona (pistola, cuchillo, incluso un bat).
Siguen los gritos y el llanto de una adolescente; ante eso, decido llamar al número de emergencias 066. Una operadora me atiende y pide mi emergencia, a lo cual le pido mande una patrulla, pues hay una riña. Me pide mi nombre y dice que es confidencial. Se lo doy y le vuelvo a insistir que mande a alguien por favor.
Afortunadamente, mueven el vehículo causa del alboroto y no pasa de cruce de palabras y unas cuantas cachetadas a mi vecino por parte de una persona ajena al vecindario. La policía nunca llegó.

II
Una compañera platica indignada en las redes sociales que sufrió un asalto. Iba caminando por la calle a las ocho de la noche, cuando dos varones en una motocicleta se acercaron lentamente a ella, le arrebataron su bolso y arrancaron a toda velocidad arrastrándola unos metros, propiciándole heridas en cara y brazos. Nadie se acercó a brindarle su apoyo, mucho menos había patrulla por las calles.

III
Me cuentan de otro robo de auto. El modus operandi, el mismo. Una camioneta con anuncio de venta. Alguien llama al teléfono para que le proporcionen información del vehículo. Hace una cita para ir a verlo; después de revisarlo, manejarlo, decide comprarlo, por lo que solicita los documentos y acuerda cubrir el pago del vehículo al día siguiente. Sin embargo, ya cuando tiene los documentos en su poder, y en compañía de otro sujeto, amagan al propietario con una pistola y le obligan a endosar la factura. Los delincuentes se llevan el vehículo y la factura endosada.
La víctima acude a denunciar el hecho al ministerio público, sin embargo, no recibe acta alguna que compruebe el hecho.

IV
La nota principal del periódico Milenio es clara: “Sólo hay una denuncia cada once secuestros”, según datos de Renato Sales Heredia, Coordinador Nacional Antisecuestros correspondientes del primero de diciembre de 2012 al 31 de diciembre de 2013. Asimismo, dentro de la misma nota, se habla de los estados con mayor incidencia en ese delito; por desgracia, Veracruz está en la lista negra con 164 casos acompañando al Estado de México, Morelos, Distrito Federal y Tamaulipas.
Cabe señalar que la misma nota menciona los lugares más peligrosos por el número de plagio cometido y en el estado sobresalen la capital Xalapa y Veracruz.
Ante estas estadísticas nacionales, el gobierno federal se ha visto en la necesidad de implementar un Plan Antisecuestros que dio a conocer apenas el pasado martes, para ser precisa, es el cuarto plan desde Ernesto Zedillo (1997), Vicente Fox (2004) y Felipe Calderón (2008) los que han resultaron «insuficientes» pues el secuestro sigue creciendo.

V
Tal parece que a cinco meses de que Peña Nieto presentara su Plan Nacional de Seguridad (27 de agosto de 2013) para combatir el crimen en el país, las estadísticas en lugar de bajar se han incrementado. No hacen falta estadísticas, baste mirar alrededor para ver cómo crece la delincuencia.
Dijera Brozo, el payaso Tenebroso, en su Mañanero, palabras más palabras menos: no podemos decir que no pasa nada en el país, cuando todos somos testigos de ello, si decimos que no pasa nada, simplemente perdemos credibilidad y entonces nuestros televidentes y radioescuchas le cambiarían de canal y de estación al ver que mentimos.

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