Carlos Ramírez/Indicador político
Escucho las noticias: “El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, felicita a su homólogo Enrique Peña Nieto por las reformas impulsadas y aprobadas durante su primer año de gobierno”… no me queda más que pensar que al menos alguien lo felicita, porque los mexicanos no lo creo; al contrario, más de algunos millones le recuerdan a su “jefecita”.
No hay que ser, con “la jefa” de uno no hay que meterse. Sin embargo, siendo “la jefa” algo tan sagrado, es el único refugio de los mexicanos para desquitar su coraje.
Maestros, trabajadores de Pemex, electricistas, empresarios, tienditas, fondas, taqueros, taxistas, empleados, amas de casa y hasta perros y gatos se han visto perjudicados con las llamadas “reformas estructurales”.
Incluso, es probable que la población adelgace con eso de los nuevos impuestos, pero no porque se haya gravado la chatarra, ¡no, señor! sino porque ya no alcanza para comprar casi nada… todo subió. Ahora sí, el gobierno nos tendrá a dieta “obligatoriamente a juerzas”, pues ya ni para dar “tarjetazo”, con eso de que ahora van a fiscalizar todas las cuentas bancarias incluidas las tarjetas de crédito, ya ni da gusto usar “el poder de la firma”.
¡Aaah!, porque si usted creía que ya se había salvado del Impuesto de los Depósitos en Efectivo, el famoso IDE, éste no desaparece totalmente. Los bancos o entidades financieras informarán todos los depósitos mayores a 15 mil pesos que efectúe usted en forma mensual, no importando que tenga adicionales de sus tarjetas de crédito o que preste su tarjeta a algún familiar o pariente para que realice una compra. Ante la Secretaría de Hacienda, usted será el único responsable de todos sus depósitos, al menos que sus adicionales comprueben que obtuvieron ingresos y que no salió el dinero de su bolsillo.
Con esta medida, el Fisco pretende encontrar la llamada “discrepancia fiscal” que es cuando alguna persona gasta y paga más de lo que gana en un año. Hacienda comparará sus ingresos declarados y si son menores que los gastos efectuados, le mandará una carta invitándolo a “aclarar” esa pequeña diferencia entre ingresos y gastos.
Y si creía que con las Reformas Educativa, Financiera, Energética, Fiscal ya había terminado todo, ¡no! Vivir en México se ha convertido en una película de terror ya que ahora ¡hasta podrán localizarnos vía celular! ¡imagínese uno ya no será libre ni de ir al cinco letras! Porque será localizado, y no precisamente por su mujer o su marido, sino por las Procuradurías de todo el país que no necesitarán ni orden de un juez para encontrarlo.
¡Vaya atropello y violación a la privacidad! Ahora hasta del celular hay que andarse cuidando.
Por supuesto que dentro de la exposición de motivos para la aprobación de la Suprema Corte de Justicia se afirma que dicha medida no localizará a las personas, sólo al aparato, además de ayudar en la detención de secuestradores y otros delincuentes peligrosos…pero ¿Usted les cree eso? conociendo a estas autoridades, seguramente utilizarán esa información para asuntos políticos o meramente “chingativos”.
Con tanta cosa que pasa, he decidido reformar mi vida. En principio, ya no prestar mi tarjeta, así como no comprar más con el poder de mi firma. Y no porque tenga yo discrepancia fiscal, sino porque la autoridad “puede pensar” que la tengo. Asimismo, trataré de no llevarme más el celular al baño, no vaya a ser que con la nueva Ley de Geolocalización, ¡me agarren como “Al Tigre de Santa Julia”!
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