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MÉXICO, DF, 13 de octubre de 2014.- Olvidar vivencias inmediatas o presentar afecciones olfativas pueden ser indicadores de Alzheimer, sobre todo en adultos mayores, padecimiento con mayor prevalencia en el género femenino, indicó Rosalinda Guevara Guzmán, jefa del Laboratorio Sensorial de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Mediante un comunicado, la máxima casa de estudios exhortó a que las mujeres se hagan una prueba de olores, así como realizarse anualmente el examen del Papanicolaou. “La enfermedad se ha convertido en un problema de salud pública y hoy plantea un escenario que hace 20 años se veía lejano. Esto responde a que las expectativas de vida de los mexicanos se han incrementado y las posibilidades de rebasar las ocho décadas son mayores”, refirió.
Las estadísticas demuestran que el sexo femenino es más propenso y la razón es simple: ellas tienen una sobre vida mayor, de hasta seis o siete años, explicó. Guevara Guzmán dijo que desde el punto de vista clínico, se ha encontrado que quienes padecen diabetes mellitus, sobre todo del tipo II, generalmente desarrollan hipertensión arterial, dos factores de riesgo para Alzheimer.
También influyen aspectos como la presencia de ozono (nocivo para la salud). Suele aparecer alrededor de los 65 años. Al principio, los afectados tardan más en evocar recuerdos, pero al avanzar la enfermedad el sujeto no es capaz de recordar información reciente.
En el documento refiere que para atender esta problemática, desde hace ocho años personal de la FM trabaja con Patricia Severiano Pérez, profesora de la Facultad de Química (FQ), en el desarrollo de una prueba de olores.
El examen parte de una selección de 20 aromas familiares de entre 59 posibles, los cuales se aplican a grupos de personas en diferentes partes del país. “Se ha observado que antes de que se presenten alteraciones cognitivas, la pérdida del olfato es un primer indicio de demencia”, reiteró la Rosalinda Guzman.
Por lo anterior, las recomendaciones son cuidar la alimentación, vigilar la salud, consultar al neurólogo y procurarse una vida más activa. “Desafortunadamente no existen fármacos. Como país debemos estar alertas, porque en los próximos 20 años el porcentaje de adultos mayores se incrementará”, concluyó.