Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
México cojo
El Presidente de la República llegó a Davos con la maleta llena. Reformas, acuerdos y cambios impensables integran el paquete de buenas noticias para los señores del gran dinero mundial.
Enrique Peña Nieto apareció en Suiza cubierto de laureles.
Líder de la década, pensador del año, visionario, reformista… son sólo algunos de los calificativos otorgados por la comunidad financiera internacional en solo un año de gobierno; elogios suficientes para mantener vigente el Mexican Moment.
La gestión presidencial y la imagen del mandatario descansan en dos solidos pilares. Primero, el encomiable manejo político: habilidad, capacidad, autoridad y gran poder para fijar agenda, alcanzar consensos y derribar mitos con o sin el Pacto por México.
El segundo, la operación económica. Nadie puede escatimar la reputación del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ni el manejo de los macro números. Pese a los sustos provocados por el atorón del año pasado, la prudencia operativa y las promesas contenidas en las reformas fiscal y energética mantienen al país en el lado correcto de la historia.
Sin embargo, para el mundo de las finanzas, la gestión del gobierno peñanietista debe ser una mesa de tres y no de dos patas. Lo político puede estar bien, lo económico, marchar por la ruta correcta, pero eso de poco sirve si no hay seguridad.
En este momento, México sigue siendo tema mundial por la violencia, la impunidad y la falta de justicia; grandes nubarrones de tormenta amenazan nuestros sueños de desarrollo. En ese sentido, Human Rights Watchs es contundente: “el gobierno priista no ha mostrado cambios reales en la política de combate a la violencia”. Dicho de otro modo –para algunos observadores internacionales– el ejercicio de la justicia sigue siendo un adorno y las violaciones a los derechos humanos, una constante.
El sector privado nacional también pone el dedo en la llaga. Según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el año pasado se dejaron de invertir 65 mil millones de pesos a causa de la inseguridad; los costos para el sector productivo fueron de 105 mil.
El propio Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial de Davos fue enfático al señalar al Presidente Peña que la imagen internacional de México está manchada… de sangre, sudor y lágrimas.
Queda claro… las reformas políticas y económicas no son suficientes si el Estado no garantiza la seguridad de inversiones e inversionistas; de nada sirve abrir de par en par las puertas del país a la competencia si se mantienen la extorsión, el secuestro… y otros tumores malignos.
Para Felipe Calderón la prioridad era combatir al crimen; para Peña Nieto, cambiar las leyes. En el caso mexicano, el orden de estos factores sí afecta el producto… y no se trata de averiguar que debe ir primero, si la gallina o el huevo…
Si no se resuelve –y pronto– el tema de la inseguridad, México seguirá siendo una mesa coja.
BOMBERAZO: Arde Tierra Caliente… y el Gobierno le echa cubetadas de dinero líquido para apagar las llamas. Van tres mil millones para 29 municipios de la zona en conflicto… y la meseta purépecha. La lana se usará en apoyos urgentes para mover la economía paralizada por el miedo… y la violencia.
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