Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
¿Entre amigos?
Ni le muevan… no habrá prórroga para el desarme de los autodefensas comunitarios de Michoacán.
La “mano dura” de Alfredo Castillo Cervantes enfrenta otra prueba de fuego. La fecha fatal del 10 de mayo amenaza convertirse en pesadilla para el Comisionado Federal.
Los grupos civiles armados –encabezados por José Manuel Mireles y Estanislao Beltrán– rechazan los tiempos impuestos por el embajador de Los Pinos para guardar las armas. Alegan estar a medio camino del proceso de limpiar a Michoacán de templarios, tarea que no puede acabar sin fusiles y pistolas de por medio. El plan inconcluso de los autodefensas es recorrer la costa michoacana y barrer los límites con Guerrero y el Estado de México hasta cubrir los 113 municipios del Estado.
La liga estira… casi a reventar.
Mireles denuncia desconfianza… y mete presión por los crímenes incontenibles en las poblaciones dominadas por el Gobierno; asegura contar con el respaldo de 32 de los 34 cuerpos de autodefensa; acusa infiltración y falta de voluntad de las autoridades federales.
El líder de los autodefensas de Tepalcatepec puede estar blofeando.
Si nos atenemos a la versión oficial, el desarme avanza conforme a lo planeado; van 4 mil armas registradas… y una vez concluido el plazo –el próximo fin de semana– los integrantes de los grupos civiles se mantendrán en combate pero legalizados.
Alfredo Castillo se la juega… se mantiene firme en los acuerdos del 14 de abril; confía en imponer la autoridad del Gobierno y la fuerza de la ley. Sabe que si no es ahora, cada vez será más difícil meter a las autodefensas al “redil”.
Pero si va en serio la postura de Mireles, entonces a temblar. El avance federal en territorio michoacano podría irse a la basura si los aliados se transforman en enemigos.
El momento es critico sobre todo por la reaparición del Cártel de Jalisco Nueva Generación, el surgimiento de La Tercera Hermandad –reportada ayer en las páginas de Excélsior y negada por el Comisionado Castillo Cervantes y Estanislao Beltrán, vocero de los autodefensas– y el supuesto reagrupamiento de Caballeros Templarios al lado de los “vengadores” tolerados.
Michoacán apesta…
Mientras tanto –en la “otra” realidad– el gobernador Fausto Vallejo anda muy echado pa’ delante; dicharachero y entrón.
Después del susto del 1 de mayo presume a Michoacán como una entidad más segura que Veracruz, Morelos, Tamaulipas, Jalisco y el Estado de México; se ufana de los avances en el combate a la corrupción; rechaza chantajes, nepotismo, impunidad y opacidad. También reparte culpas y resbala responsabilidades; denuncia a los gobiernos perredistas de Lázaro Cárdenas y Leonel Godoy por arruinar al estado y dejar secas las arcas públicas… y de paso se “surte” al ex presidente Felipe Calderón, por no actuar como estadista y demócrata en apoyo a su tierra natal.
El gober Vallejo es muy obvio. Piensa en su legado y plancha el camino sucesorio; hace caravana con sombrero ajeno… y olvida al fantasma de su valido Jesus Reyna… el mismo a quien dejó crecer por omisión o por ignorancia.
Fausto Vallejo se convierte en publirrelacionista en pos de mantener al PRI en el poder Michoacán; no le queda de otra. El problema ahora es hallar candidato tricolor para Michoacán… cuando quien parecía el bueno resultó tan malo –me refiero a Jesús Reyna–.
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