La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Caballero, con sombrero
Andrés Manuel López Obrador ya tiene membrete, o lo tendrá este mismo miércoles a las 17:00 horas, cuando el Consejo General del INE avale el dictamen de la Comisión de Prerrogativas, aprobada el lunes, que oficializa el nacimiento del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como partido político. Todo indica que los Consejeros Electorales también aprobarán los registros del Partido Encuentro Social (PES), presidido por Hugo Eric Flores Cervantes, y del Partido Humanista (PH), dirigido por Ignacio Irys Salomón, Javier López Macías y Ricardo Pinacho Ruiz.
Con acta de nacimiento en mano, al “mesías tropical” no le harán falta “vejigas” para nadar (flotis se diría ahora). Ya no vivirá de arrimado, a la sombra de otros membretes, por el contrario, quienes antes lo acogieron en su regazo, hoy temen abandono y soledad.
A nadie le extrañe una agresiva campaña del tabasqueño para quedarse con muchos de los cuadros más dogmáticos y rentables de la izquierda, y de ahí partir, por tercera vez, a la conquista de la Presidencia de la República.
Piratearle adeptos al PRD no es un robo vulgar. Quienes han usado al PRD, PT y Movimiento Ciudadano como agencia de colocaciones buscarán la querencia natural y llegarán a donde realmente pertenece sus corazoncito. Llegó la hora de probar con hechos lealtades dichas.
Para bien o para mal, la aparición de “Morena” como partido legalizado, con placas, verificación y tenencia pagadas, coincide con el rudo proceso interno perredista, donde crujen los andamios.
El Peje-Partido contará con presupuesto a partir del 1 de agosto (poco más de 50 millones de pesos para el resto del año, dinero que sale de quitarle un “cacho” a los ya registrados), tendrá derecho a tiempos oficiales de radio televisión, dejará de “botear” para conseguir recursos y podrá concentrarse en una campaña política de a deveras.
El domingo pasado de gira por Guerrero, Andrés Manuel reiteró su objetivo; 2015 sólo será una escala técnica para cargar combustible y fortalecer una estructura política, que será un referente moral, y de entrada cuenta con 620 mil afiliados.
Mantener el registro, multiplicar recursos y sentar una sólida base de cuadros a partir de la elección del año próximo, será la primera meta. El DF, Tabasco y algunas otras entidades con fuerte presencia izquierdista aparecen en la mesa como sabrosos manjares.
Según el señor López, los 15 millones conseguidos en la elección presidencial de hace dos años, deberán duplicarse para evitar cualquier sombra de duda.
Pero hasta hoy, todo son sólo conjeturas.
A estas alturas, nadie sabe a ciencia cierta el verdadero pesos especifico del ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, tras dos años de hacer campaña por la libre… aunque todos lo imaginamos.
Para López Obrador, llego la hora de cosechar esfuerzos, deberá demostrar que sus recorridos por todo el país no han sido en vano y que su figura de caudillo sigue sumando conciencias y arrastrando multitudes.
También es momento de confirmar si su nombre sigue despertando odio y rencor, pero sobre todo, es hora de saber si AMLO es capaz de estructurar una propuesta seria con un discurso que no huela a naftalina. Solo de él depende, pues “Morena” será el partido de “un solo hombre”… ¿como aquel memorable programa del locutor-poeta Humberto G.Tamayo, quien anunciaba la leche “Bárbara, Bárbara, Bárbara, y solía repetir: «Caballero, usted vale sin sombrero. Con sombrero vale más. Más vale que use sombrero, use sombreros Tardán?.
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