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XALAPA, Ver., 29 de marzo de 2015.- La noche del sábado, cuando el frente frío 43 atravesaba la región de las montañas en Veracruz, María Juárez López, su esposo y sus tres hijas durmieron a un costado de la Catedral Metropolitana.
Son originarios de la comunidad de Otilpan, del municipio de Tlalnelhuayocan.
Su estancia en la capital del estado es breve. Están en Xalapa para vender sus artesanías de palma este Domingo de Ramos, en que los cristianos inician la Semana Santa.
Con el frío casi no durmieron, aprovecharon el tiempo para la elaboración de los productos; para cada uno deben dedicar entre 30 ó 40 minutos.
Prefirieron apostarse en la periferia de la rectoría católica con anticipación para encontrar el mejor de los espacios, el más vistoso de los aparadores para exhibir sus ramos ante los feligreses: la escalinata principal del templo.
Este domingo vendedores de todo tipo confiaron en obtener una buena venta con el comienzo de la Semana Santa, pero ese no fue el resultado.
“Vino muy poca gente, la misa más concurrida fue la del Arzobispo, ahí sí estuvo lleno, pero también hay que ver que somos muchos vendedores. Nosotros por eso nos venimos a dormir aquí para ubicarnos bien, pero por todos lados hay vendedores, a mi hijas los mande hasta arriba de la calle Revolución y mi esposo se puso por Lucio”.
María cuenta que pese a que a sus artesanías son de bajo costo (entre 5 y 15 pesos) la gente regateó y con tal de vender aceptó en repetidas ocasiones rebajar el precio de su trabajo.
“Desde el año pasado ya no vi tanta gente como en otras ocasiones, por eso las ventas no son las esperadas, aparte de que se tiene que dar 2 ó 3 pesos menos o hasta 5, sin llevan varias palmas con tal de vender”.
Recuerda que esta es la quinta ocasión en que busca con esta actividad un ingreso para los gastos del hogar, con la participación de toda su familia, y que con el paso de los años esta ha sido la ocasión en que menos ha vendido.
“Son palmitas tejidas, hacemos cruces, son trabajos elaborados, hasta duelen los dedos luego de tanto tejer, algunas ya las trajimos hechas, pero la mayoría las estamos haciendo aquí mismo, las adornamos con hierbitas de olor como manzanilla, laurel, romero y un clavelito”.
En tanto, consideró que la baja venta que se debe a dos factores: la falta de llegada de feligreses a las iglesias y la crisis económica.
Así, un poco desanimada adelantó que regresaría a Otilpan entrada la noche, estimaba vender al menos mil 500 pesos en conjunto con su esposo e hijas; no lo logró.
Finalmente, expresó que en estos tiempos la venta de palmas en el Domingo de Ramos poco interesa a la población; ni siquiera a los creyentes, por ello duda en regresar el próximo año para tal fin.