Matan al sacerdote Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas, Chiapas
MÉXICO, DF, 30 de diciembre de 2014.- Los militares que perpetraron la matanza de Tlatlaya en el Estado de México manipularon la posición de los cadáveres y alteraron las pruebas del delito, pero su maniobra y el encubrimiento de la Procuraduría General de Justicia del Edomex (PGJEM) fue evidenciado por forenses de la Procuraduría General de la República (PGR), destaca el diario Reforma.
De acuerdo con la causa penal 81/2014, del Juzgado Cuarto de Distrito en Procesos Penales de Toluca, en su primer dictamen pericial la PGJEM avaló la versión de los hechos que difundió el Ejército, al ocultar la alteración de evidencias.
«Por las observaciones realizadas en el lugar de la investigación, se determina que éste sí fue preservado en su estadio original, momentos previos a nuestra intervención criminalística, lo que se corrobora, ya que a nuestro arribo al lugar se encontraba resguardado por elementos del Ejército Mexicano.
Cuando el caso lo asumió la PGR, comisionó a los especialistas Esteban Enrique Peña Vélez, Tania Carolina Hernández Jaime y José Armando Rosales, para que elaboraran un dictamen en criminalística de campo.
Los forenses federales analizaron en fotografías la presencia de manchas de tierra en ropas y en partes expuestas del cuerpo, y lo primero que advirtieron fue la falta de correspondencia de las partes anatómicas lesionadas con los escurrimientos de sangre sobre las prendas, superficies corporales y manchas hemáticas en el suelo.
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