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CHILPANCINGO, Gro., 23 de mayo de 2014.- Durante una conferencia que ofreció José Karim Castro, maestro en Educación y especialista en el tema del acoso escolar, relató el testimonio del principal amague con el que ahora se topan los profesores que pretenden contener la práctica del bullying, principalmente en las ciudades con presencia del crimen organizado: ¡Usted no puede hacerme nada…mi papá es sicario!
De acuerdo a información publicada en Milenio, desde hace más de una década, Karim Castro recorre planteles escolares de todo el país para dialogar con trabajadores del sector educativo, plantea siempre la urgente implementación de estrategias que permitan controlar el fenómeno, pues asegura que la erradicación definitiva del mismo es muy complicado.
Trabaja para el Observatorio Nacional para la Prevención de la Violencia y el Acoso Escolar (ONAPAVE), imparte conferencias y talleres en todo el país.
Lamentó que hasta el momento no haya un recuento de los casos de bullying documentados, pese a que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tiene todos los elementos necesarios para generarlo.
En la conferencia, Karim fue interpelado por un director de escuela, quien señaló que pese al reconocimiento de que el problema crece rápidamente, hasta el momento no existen mecanismos legales que permitan al profesor encarar con mayor energía el fenómeno.
«Hay algunas zonas en las que nos topamos con niños que maltratan a sus compañeros y cuando les marcamos el alto nos responden con mucho descaro: Usted no puede hacerme nada…mi papá es sicario».
Agregó que una vez realizada la confesión intimidatoria la situación no se detiene, avanza porque ya existe un tipo de advertencia y continúa con el sometimiento a extorsión de los compañeros y maestros.
«Hay alumnos que amenazan a sus compañeros y maestros, les exigen dinero a cambio de no hacerles daño», indicó.
El especialista comentó que ese tipo de amagues se registran con mucha frecuencia en las ciudades con mucha presencia del crimen organizado.
«Hablamos de las fronteras (sur y norte), de Sinaloa, Chihuahua y ahora lo manifiestan en Guerrero los maestros que se sienten amenazados por hijos de padres sicario».
Indicó que el Estado debe prestar más atención a lo que ocurre en las escuelas, ya que actualmente se carece de una estrategia uniforme que permita controlar el fenómeno.
«Es evidente en este aspecto, que tanto maestros como estudiantes están desprotegidos ante niños maltratadores con padres que tienen ese perfil», indicó.
Cuando el profesor habló de las amenazas que se registran en escuelas de la capital de Guerrero, la mayor parte de la concurrencia asentó con la cabeza y con sonrisas discretas, validando la veracidad del testimonio y reconociendo el temor que prevalece en algunas escuelas de la ciudad.