Gabriel García-Márquez/Sentudo común
Cuauhtémoc Pola tiene razón y enfrente del Palacio Legislativo se consolida su propuesta en favor de los derechos de los animales:
El domador ordena a la “temible fiera” que salte sobre las llamas ante la mirada expectante de un público que abarrota las gradas del Circo Atayde García.
El redoble del tambor hace más angustiante el momento y entonces, la “temible fiera” salta, el público deja escapar un “ooohhh” y el domador hace una caravana que es recibida con un nutrido aplauso y sonoras carcajadas…
No es para menos… la “temible fiera” no es más que un enano con un traje de tigre que brincó sobre un encendedor.
Hace muchos días que el circo está en la ciudad. Hace muchos días que me encabroné de gratis cuando la clásica camioneta jalando una jaula pasó por mi casa. ¡Pude ver la silueta de un tigre! Y ahí me tiene, con el poderoso celular en la mano, listo para tomar la foto a esta infracción al reglamento municipal que prohíbe en mi ciudad capital, el uso de animales para diversión o espectáculo y cuando me acerco ¡un tigre de utilería! Me sentí tan pendejo pero a la vez me dio gusto.
Lo increíble es que hoy, los Circos, se obligan a ser ingeniosos y crear propuestas sin necesidad de usar animales para divertir a la gente… al menos en Xalapa…
El fin de semana, encontré a un pastor alemán cuya cadena se atoró entre la llanta de un carro estacionado cerca de mi casa. Lo liberé y para evitar un accidente, le quité la cadena y salió corriendo hacia el Circo. Hasta allá llevé la cadena y cuando vi, cantidad de gente, haciendo fila, para ver el espectáculo. Pregunté y la dueña del pastor alemán resultó ser una vendedora de papas y churros. Identificó al perro como “Danger” y dice que es muy inquieto, tanto que luego se mete a medio espectáculo a la pista, lo cual corroboró mi esposa, cuñada, suegra y sobrino que fueron al Circo.
Me retiré fascinado de ver a tanta gente asistiendo… ¡exacto! a la gente no le interesa ver animales, sino divertirse con un show ingenioso, con acrobacias y hasta teatral, como los grandes circos que han marcado esta pauta sin el uso de animales.
Caso contrario sucedió en Teocelo… Entonces, el orgullo de Veracruz, el ícono de un cambio o una revolución que establecía la civilidad desprovista de tradiciones bárbaras, sucumbía ante el paso de una nueva administración ajena a la sensibilidad: Teocelo permitió la vaquillada.
Contrario al Circo Atayde, Teocelo se vale de animales para divertirse a costa de su sufrimiento, estrés y maltrato.
Machos envalentonados con cervezas no dejan de verse ridículos aunque ellos se sientan audaces.
Teocelo era orgullo para Veracruz… ser el primer municipio en el estado donde estaban prohibidas las corridas de toros se vino abajo…
Hoy, nada más queda esperar que nuestros diputados recuerden esa iniciativa de decreto que presentó Cuauhtémoc Pola Estrada que pretende la prohibición en la entidad de TODO evento, feria, espectáculo que involucre el maltrato, sufrimiento o muerte de los animales.
Vamos, ninguna tradición puede sustentarse con el sufrimiento de otro ser.
Y ojo, porque se viene el dos de febrero. Tanto autoridades municipales como Harry Grappa, el titular de Turismo, prometen el NO maltrato así como el NO embalse: “los toros ahora serán conducidos a través del río en una balsa creada para tal función”. Entiendo que ya no los arrojarán al agua. “No recibirán maltrato de manera previa ni durante su travesía para cruzar el afluente. Al llegar a tierra habrá jinetes a quienes se les asignará el resguardo de un toro, quedando prohibida cualquier agresión”. Confiamos en las autoridades de Tlacotalpan y de Turismo… ya falló Teocelo y perdió un lugar privilegiado en el mundo…
Hay mucho por hacer… vemos a un Congreso local con ganas de hacer las cosas… pero en realidad, a mí me gustaría un Congreso local con ganas de pasar a la historia… ahí está la propuesta de Cuauhtémoc Pola Estrada, sólo basta que actúen nuestros diputados.