Carlos Ramírez/Indicador político
Ver a Héctor y Pepe cotorreando durante la asunción de Elizabeth Morales y Alfredo Ferrari es interesante. Se dice que son los dos punteros en este momento con miras a la sucesión gubernamental. Ambos tienen su carisma, su coto de poder, su grupo y hasta sus aliados, tanto dentro como fuera de Palacio de Gobierno, en el Congreso y en el Altiplano… pero me pregunto qué tanto de popularidad pueden tener los dos…
Hago memoria y de golpe me llegan dos candidatos a la gubernatura que tenían esa característica que hace que la gente los vea como “rock stars”: Alemán y Tío Fide.
En el primer caso, el apellido era la diferencia. Calles, avenidas, escuelas, colonias, ¡vamos! en cualquier municipio de esta entidad (y de otras) el Alemán está presente. Además, tenía un ingrediente extra: La suposición de que por ser rico, no vendría a robar… dicen que Miguel Alemán no se llevó un peso… pero pregúntenle a la mayoría de sus funcionarios…
En el segundo caso, era el personaje la diferencia. Un hombre como cualquier otro, que hablaba el mismo idioma que el pueblo era como el pueblo: moreno tirando a negro. Ocurrente, con chispa, de inteligencia vivaz y convincentes discursos. Entre los cuates, era la Nauyaca; para el resto de la gente, Tío Fide… usar ese apelativo familiar lo unió más a la gente tanto como si hubiera usado “Primo”.
Entre Miguel Alemán Velasco y Fidel Herrera Beltrán tengo la seguridad de que es más popular Tío Fide que el nieto de la Revolución.
La duda que me asalta es si Tío Fide será más popular que Javier Duarte de Ochoa… yo creo que sí y por razones más que simples, obvias…
Javier Duarte es hechura de Tío Fide. Javier Duarte fue el empleado de Tío Fide. La sombra de Tío Fide le pesa mucho a Javier Duarte. Los zapatos de Tío Fide simplemente le quedan grandes a Javier Duarte.
Hablar del Duartismo es casi como hablar de un Chupacabras, la Llorona, el Nagual… ¡puro mito! Bueno, casi puro mito…
En esencia, el Duartismo se puede componer por un Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo, Gabriel Deantes Ramos, Bety del Toro y hasta un Arturo Bermúdez Zurita… los demás, muchos “los demás”, a lo mejor son fidelistas.
Me extraña que hayan pasado tres años y Tío Fide se haya apagado. Más me extraña cuando en 2008, de acuerdo a sondeos y encuestas se encontraba entre los gobernadores más populares del país… puede que sea cierto ese rumor de que aún convalece de sus operaciones de maxilar y nariz… ¡no lo sé!
Pero creo que si se llega a recuperar pronto, si llega a recuperar esa energía que le caracterizaba como candidato a gobernador y mandatario, ese capital político que se mantiene agazapado, silencioso, callado, podría saltar…
En política, todo a veces es apariencia… hoy, columnistas, reporteros, medios, funcionarios, políticos, que pueden henchirse el pecho gritando ser “duartistas”… son convenencieros, oportunistas…
Habrá que dejar al tiempo cómo se acomodan las cosas… porque a mí nadie me quita de la cabeza dos puntos:
1) Cuál de los dos Yunes habrá de aprovechar ese capital político agazapado de Tío Fide…
2) Cuándo se dará cuenta Javier Duarte que está entre dos fidelistas… ¿o es que lo sabe y todo lo demás es apariencia?