Los Políticos

Los colorados

Si hay una particularidad en el hombre que denote incomodidad, pudor o hasta cierto punto halago o alegría, es ponerse colorado. La cara y las orejas se ponen calientes. Incluso, se dice que no hay otro animal que ante un evento personal, se ruborice. Eso sí, el hombre puede reír o llorar a voluntad, pero ponerse colorado por voluntad propia, allí no se puede.

Platicaba Erik Porres Blesa que la última vez que se puso colorado fue el pasado 15 de septiembre, la noche del grito, y eso por un albur que le echó el Gobernador y que lo agarró desprevenido, porque aunque no lo aparenta, el cordobés de la Sedecop, es fino para el doble sentido. ¡En serio! Se echa sus albures pero sin llegar a lo corriente.

Otro que curiosamente se puso colorado en la noche del Grito, fue Jorge Carvallo Delfín cuando una señora le dijo que se veía más guapo en persona…

Y el caso de Alberto Silva Ramos, que igual agarró color cuando en la reciente visita que hizo a Tuxpan, en un mundo de 800 mujeres (500 de ellas, madres solteras), al grito de “Beto, papucho, las mujeres te quieren mucho”, lo abrazaban con un ligero toque de gandallez de algunas damas ante la mirada divertida del Gobernador.

II

Bueno, pero ponerse colorado por estos casos, es hasta divertido… hay quienes se ponen colorados de coraje o quizás hasta de vergüenza. Más cuando se entrecomilla en varias notas, que Julen Rementería se refirió a Tonatiuh Pola Estrada como “caca de loro, ni mancha ni apesta”, después de que se confrontaran en un debate radiofónico en Grupo FM Noticias. ¡A fuerza que sí se puso colorado Tonatiuh! ¿Por qué? Pues es sencillo… es totalmente visceral, se pelea de a gratis con todo mundo y lo peor de todo, es que el legislador panista lo exhibe nada más con tres puntos de trabajo:

* Tonatiuh sólo ha subido dos veces a Tribuna, contra 45 de Julen

* Tonatiuh tiene una trayectoria política de meses… Julen nomás de 15 años…

* Tonatiuh ha presentado una iniciativa… Julen 26…

A ciencia cierta, desconozco a quién se le ocurrió mandar a Tonatiuh Pola para confrontar en un debate a Julen Rementería del Puerto cuando era evidente el resultado… si me apuran, bien podría considerarse un “Bullying legislativo” por parte de quien decidió mandar al menos apto de los diputados a esta confrontación de ideas que es lo que le sobran a uno y de lo que padece otro.

Así que no les extrañe ver todavía hoy como camarón a Tonatiuh Pola, pero que conste, si me refiero a él como camarón, es por lo colorado, no porque lo que dicen que tiene en la cabeza este crustáceo…

III

Y ya para finiquitar el asunto de los colorados, pues quién mejor que Pancho Colorado… cuando la noticia salió en los medios, sinceramente no la creí. Tuve que oírla: “Apoyé al gobernador Duarte con mi confianza y mi voto. No puedo decir lo mismo de Miguel Ángel Yunes, quien mandó a Manuel Muñoz Gánem a pedirme dinero. Pero no les di nada”.

Vamos, hablamos del clásico “charolazo” que por lo regular, cual leyenda urbana, todo mundo habla de él pero nadie lo confirma.

Digo, no tiene nada de malo que Yunes Linares le haya pedido a Pancho Colorado dinero porque, como le insisto, es común solicitar el apoyo de los amigos en campaña, pero el asunto es que hace como 20 días, el mismo Miyuli señalaba a este tipo, detenido en una cárcel de Bastrop, Texas, Estados Unidos, de estar vinculado con el narcotráfico. Luego entonces, después de que Pancho lo señalara directamente de pedirle dinero, es lógico que igual haya agarrado color Yunes Linares.

Por supuesto, en estos casos, será la palabra de uno contra la palabra del otro. Por lo pronto, ya el choleño mandó misiva a Ciro Gómez Leyva, el receptor de la noticia, negando los señalamientos y la relación con Pancho, asegurando que nunca ha tenido ningún contacto con él y mucho menos lo haya invitado a comer… por supuesto, ya por las redes circula una foto donde aparecen Yunes Linares, Manuel Muñoz Gánem y Pancho Colorado, en una escena de lo que parece, es una campaña… Sí, es seguro que también eso ponga colorado a Yunes Linares, habrá que averiguar si de coraje, vergüenza o pudor.

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