Carlos Ramírez/Indicador político
Maryjosé y Burela
Escribir sobre Maryjosé Gamboa me hace sentir un poco como Jaime Téllez Marié, el funcionario municipal de Tránsito de Boca del Río… estoy tentado a caer en un conflicto de interés.
¿Por qué? A pesar de no conocer personalmente a Maryjosé, no dejo de verla como una compañera columnista y además, publicamos en la misma casa editorial, Notiver.
Si fuera periodista, sería objetivo, aunque siendo sinceros hay quienes se ostentan como tal y son los más “ojetivos”, ya sea a favor de Maryjosé o en contra de ella.
Por eso, intento externar mi opinión a partir de lo que he leído y visto, en espera de no volverme juez y parte así como a sabiendas de que es posible que no agraden y agredan mis comentarios a las figuras involucradas.
II
En el caso de Téllez Marié, uno debiera apostar a su integridad como funcionario y político; que debió actuar conforme a su ética se lo permitió… bueno, es evidente que sabemos cómo respondió ante el suceso y en ese caso, cada quien es libre de opinar si actuó bien o no el director de Tránsito y demás servidores públicos municipales en torno al accidente de su compañera del Ayuntamiento. Sí, su compañera.
El asunto es que en el cumplimiento de las labores de Jaime Téllez Marié, hay un dilema entre el interés público (al que se debe) y el institucional (ser leal a su patrón, partido, compañeros, amigos) y allí caben dos puntos a resaltar: La insistencia del funcionario en que hubo imprudencia en el peatón y que la directora del Instituto Municipal de la Mujer no tenía aliento alcohólico. Él encontró pronto a un culpable sin ser ministerio público y a una inocente, sin ejercer como abogado.
Es posible que Jaime Téllez tenga razón en esos dos puntos que a continuación comentamos:
Imprudencia peatonal.- Por supuesto, todos los días (y noches) la gente cruza de manera temeraria sin hacer uso de puentes peatonales ¡más a horas poco usuales donde uno (el que cruza) no espera tráfico! Aunque de viernes para sábado ¡siempre habrá movimiento!
José Luis Burela López cometió un error y lamentablemente lo pagó con su vida. No cruzó por donde tenía que hacerlo. El dolor a veces obnubila y es comprensible en la familia y amigos de José Luis que clamen justicia, aunque siendo sinceros, en un ejercicio de autocrítica, si hay culpa, ésta es compartida por las circunstancias que rodean a los involucrados.
Sin aliento alcohólico: Es la palabra y documentación de Tránsito municipal contra la palabra y documentación de la Procuraduría General de Justicia. Si lo vemos desde afuera, ¿a quién le cree usted? ¿A quién le creerá la familia y amigos de José Luis Burela? ¿A quién le creerá el alcalde de Boca del Río? ¿A sus empleados o a los funcionarios estatales? Si llevamos esto a un plano de fe, cada quien tendrá su mejor respuesta aunque la realidad la ha de conocer Maryjosé Gamboa y los exámenes que le hayan hecho (aunque se dice que se negó a hacerse el de sangre y orina. ¿Por qué? Igual, sólo ella y su abogado saben la respuesta).
Pero el hecho de que Téllez Marié contradiga a la Procuraduría sobre este punto, da lugar a pensar que alguna de estas dos entidades, ya sea Tránsito municipal o el Perito de la PGJE, miente… si es así, si uno de los dos miente, hay falsedad de declaración y ésta igual se castiga…
III
Quien conduce algún vehículo motor sabe que se está a expensas de que la liebre salte en cualquier momento… no importa qué tan ducho sea uno manejando, del otro lado se desconoce quién viene detrás de un volante, bajo qué condiciones, bajo qué estrés; peor aún, tampoco entendemos el porqué alguien decide cruzar por la avenida y no utilizar un puente peatonal… somos sujetos de circunstancias volátiles, explosivas, que sólo requieren de nada, de casi nada, un ligero impulso para que estallen en nuestra cara en forma de atropellado, en forma de carro, para que nos cambien la vida sin que terceros tengan mucho que hacer por ayudarnos o perjudicarnos… sí, a veces también nuestras propias acciones hacen que nos pongamos en charola de plata sin que nadie nos lo pida.
Para mí, Maryjosé Gamboa y José Luis Burela son responsables en su justa dimensión de su tragedia; ellos dos, nadie más, cumplieron una cita jamás programada pero sí provocada por sus propios intereses que los llevaron a ese punto, a esa hora, donde se conocieron… ellos fueron los reactivos de sus propias circunstancias.
Pronto consuelo a la familia de Burela; pronta paz al corazón de Gamboa.