Carlos Ramírez/Indicador político
La maldición de Sefiplan
El misterio envuelve a Sefiplan. Es como si una maldición hubiera caído en esa secretaría, aunque más bien lo que cae son secretarios.
Pero la maldición está fincada: todo aquél que es titular, ¡enferma! si no de salud, de poder…
La renuncia de Fernando Charleston Hernández como secretario de Finanzas lo demuestra. Cinco secretarios han sido presas de ese sortilegio que hay en ese edificio, ¡cinco en menos de cuatro años!
El boletín lo marca perfectamente: “Fernando Charleston Hernández solicitó al titular del Ejecutivo del Estado su autorización para separarse de su responsabilidad ya que padece una enfermedad que, aunque no es grave, implica su tratamiento en la ciudad de México, por lo cual se ve imposibilitado para continuar en el cargo”.
Claro, mientras no tenga que ser tratado en San Lázaro, porque si no, el que se va a enfermar es Ángel Abel Mávil Soto, su suplente en el Congreso de la Unión quien “nada de muertito” desde que ocupa esa curul federal…
Pero… ¿qué mal aqueja a Fernando Charleston que hasta hace unos días lo veíamos festejando como loco un gol de México al lado del Gobernador? A ciencia cierta, no lo sabemos, pero de acuerdo a diversos síntomas, bien podemos diagnosticar algunas enfermedades que lo obligaron a tirar la toalla, digo, si hasta Nemi Dib es doctor…
* Osteoporosis: Su renuncia exhibe descalcificación de su hueso político y quizás en aras de evitar una fractura interna, optó por la retirada.
* Paranoia: Empezó a creer que todos los proveedores del Gobierno estatal lo perseguían, lo que le provocó graves cuadros de ansiedad…
* Deficiencia de minerales: Cuando no se lleva a cabo una recaudación equilibrada y completa por tiempo prolongado, los depósitos de minerales en el organismo se agotan y se produce una deficiencia. Esto conlleva a que la secretaría no funcione correctamente, produciéndose una desnutrición encubierta. Es evidente que no hay oro ni plata… aunque eso sí, muchos funcionarios del Gobierno estatal ¡enseñan el cobre!
* Salpullido: Debido a la piel tan sensible que tiene, es evidente que no aguantó la presión y mucho menos se curtió para lo que venga… en política, hay que tener la piel de elefante…
* Ritidosis testicular: Es el temor a enfrentar no sólo a los proveedores, sino también a los mismos funcionarios de la secretaría y de otras, que piden como si el dinero se diera en árboles… en palabras comunes: Se le arrugaron los… dedos…
Estos son nuestros diagnósticos, falta ver que se dilucide cuál es la enfermedad que aleja a Charleston de Sefiplan, pero lo más importante, ¿quién lo ha de sustituir?
También se especula que no hay dinero en Sefiplan pero eso no es cierto, simplemente el dinero se ha llevado a otro sitio… bastaría con hacer un sondeo de cuántos funcionarios de este gobierno y del anterior ya hicieron su mansión en Monte Magno ¡y listo! misterio aclarado.
Ahora que si me preguntan quién como candidato a suplir a Fernando Charleston, yo no apuesto por Carlos Aguirre Morales (el Cleaner); tampoco por Tarek Abdalá (el iraquí); menos por “Carlitos” Hernández Martínez; descartado totalmente Jorge Fernando Ramírez Tubilla, “el subsecretario de Pantalla”, porque al ser designación directa del Gobernador, caería en nepotismo… yo apuesto a que regrese a Sefiplan, Gabriel Deantes ¡pero todo lo que se llevó! y se acaba la maldición en Sefiplan.
PD SAT, tras Osiel Castro
La empresa Mercados & Negocios presentó denuncia ante el Servicio de Administración Tributaria y solicitó que se abra una investigación en contra del Instituto Veracruzano de Bioenergéticos y su Director General por el presunto uso de facturas canceladas, las cuales podrían haber sido utilizadas por funcionarios de esta dependencia para justificar el posible uso de recursos público con fines personales.
Con fecha 3 de Julio del presente año, el Servicio de Administración Tributaria contestó a la denuncia emitida por Mercados & Negocios, señalando que los datos aportados “se encuentran siendo valoradas y analizadas por la Administración General de Auditoría Fiscal Federal, a efecto de determinar si resulta viable para ser considerada en los subprogramas institucionales instrumentados por el SAT, con el objeto de verificar el correcto y oportuno cumplimiento de las obligaciones fiscales.” Además, el SAT agradece la “valiosa participación e interés en contribuir para evitar el posible daño al Fisco Federal”.