La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
En los últimos dos días, he leído múltiples artículos y expresiones en las redes sociales (el hashtag #TuRenunciarLorenzo, fue tendencia a nivel nacional durante varias horas), criticando ferozmente e incluso exigiendo la renuncia del titular del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, como consecuencia de la conversación privada obtenida ilegalmente y filtrada a los medios de comunicación, en la que el Consejero Presidente se burla e imita al líder de una comunidad indígena al que brindó asesoría, comparándolo con la forma de hablar de un personaje de El Llanero Solitario, Toro Sentado: “Yo Jefe gran nación Chichimeca, vengo Guanajuato, yo decirte a ti, o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones”.
Sin embargo, me parece que la discusión sobre el asunto ha sido, en general, simplista.
Definitivamente, la caracterización que hizo Lorenzo Córdova de los miembros de la comunidad indígena, fue desafortunada y ofensiva para éstos. Pero antes de darnos golpes de pecho todos los que nunca hemos imitado un acento (el del Peje o el de un extranjero, por ejemplo), o hecho un chiste estúpido sustentado en clichés mientras conversamos confiadamente en el ámbito de nuestra vida privada, deberíamos concentrarnos en el contexto e implicaciones que tiene esta filtración.
Primero, habría que preguntarse sobre el origen del audio y la motivación de los que la subieron a redes sociales, casualmente, un día antes de que se discutiera en el Pleno del Consejo del INE la solicitud de 7 de los partidos políticos de quitarle el registro al Partido Verde por violaciones graves y sistemáticas a las leyes electorales, con base en el artículo 456 fracción V de la Legipe, (recordemos que el PVEM acumula más de 500 millones de pesos en multas y aún tiene pendientes varios procesos), y de que se determinara la sanción a dicho partido por violar medidas cautelares dictadas por el Instituto.
El día de ayer, durante dicha sesión, el representante del PRI ante el Consejo dijo que la sanción que se proponía aplicar al PVEM causaría un “daño irreparable al PRI”, pues van en coalición en la mayoría de los distritos electorales.
Es verdaderamente preocupante que el teléfono de la persona que preside el órgano constitucionalmente autónomo encargado de organizar las elecciones, es decir, de dar certeza al proceso institucional de búsqueda y obtención de posiciones de poder, esté intervenido, con la finalidad de utilizar esas conversaciones para mermar la credibilidad de la autoridad electoral y tratar de influir en sus decisiones.
Que nadie lo dude, la conversación no fue difundida por un reivindicador de nuestro pasado prehispánico, o para exhibir el perfil “discriminador” de Lorenzo Córdova, sino como un mecanismo para modificar la forma en que está realizando su trabajo.
Segundo, que la conversación haya sido obtenida a través del espionaje no es asunto menor. Incluso los servidores públicos del más alto nivel, tienen derecho a la protección de su vida privada. Este principio sólo encuentra excepción cuando los actos de la vida privada impactan en el ejercicio público. Hasta donde se sabe, los miembros de la comunidad indígena en cuestión no fueron tratados en forma distinta por su origen étnico, ni se les impidió o menoscabó el ejercicio de un derecho (hipótesis requerida para que se configure la discriminación). Lo que uno expresa en el ámbito de la vida privada, no está sometido al escrutinio público, por lo menos, no en un Estado democrático.
No pretendo justificar el comentario de Lorenzo Córdova. Creo que su “chiste” es producto de una construcción social sobre un grupo que tradicionalmente ha sido discriminado y excluido: las comunidades indígenas y sus miembros. Simplemente, no creo que sea razón suficiente para exigir su renuncia. Eso es jugar el juego que los grupos de poder, que intervinieron su teléfono y quieren conducir el actuar del organismo electoral a través de filtraciones, quieren que juguemos.
El hecho de que esos grupos de poder, con capacidad suficiente para intervenir las comunicaciones del Presidente del INE, sólo hayan encontrado un chiste de mal gusto para desacreditarlo, significa que no encontraron propiedades millonarias, contratos amañados, ni acuerdos inconfesables. Eso, por lo menos a mí, me dice más de Lorenzo Córdova como servidor público, que las pobres cualidades cómicas que exhibe en el ámbito constitucionalmente protegido, de su vida privada.