Quirino Moreno Quiza/Repechaje
Fotos Enmanuel Palafox
“Ay chatos que les cuento”, Mario Moreno Ivanova, es un hombre agradable, atento y fino, cualidades igualitas a las de su padre Mario Moreno “Cantiflas” cuando estaba tras de cámara, característica que heredó del cómico más famosos del mundo -dicho por el genial Charles Chaplin- y lo pudimos constatar durante la inauguración de la muestra “Mario Moreno “Cantinflas”, su vida y obra”, en la que se muestran fotografías y objetos de la vida privada y artística en la Galería de Arte Contemporáneo donde no cabía un solo alfiler y los xalapeños no se querían perder de este evento. Mario, al lado de su guapa esposa Tita, vestía una camisa que todos envidiaron, comenzando por mí, que del lado izquierdo luce estampada la imagen del “Mimo de México”, explicó que, por primera vez, se exhiben juntos los dos Globos de Oro que obtuvo el reconocido actor mexicano, los cuales ganó por “La vuelta al Mundo en 80 días”, enfrentándose a Marlon Brando y a Yul Brynner, y en reconocimiento a su trayectoria artística por “Pepe”, mismos que sólo se expusieron hasta el domingo. El resto de las piezas se podrán disfrutar hasta el 28 de septiembre y entre ellas se encuentran fotos familiares nunca antes vistas, la llave de la ciudad que le entregó la Ciudad de Poza Rica al nombrarlo Hijo Predilecto, su uniforme, los lentes favoritos del cómico, un reloj y diversos carteles, maquetas, figuras y representaciones de “Cantinflas”. Aquello era un mundo de gente y la lluvia que se soltó con ganas, no impidió que alguien se moviera de la fila que hacían para no perderse absolutamente un detalle por supuesto los que brillaron con luz propia fue el ex gobernador Miguel Alemán y su esposa Cristiane Magnani de Alemán, super guapísima como cuando fue coronada como Miss. Que mujer: atenta, amable, sonriente, delicada y fina, no cabe duda la clase es la clase, por su parte Miguel Alemán señaló que Mario Moreno “Cantinflas” los había presentado y cayó rendido a sus pies.
Mario Moreno entregó reconocimientos comenzando por el alcalde Américo Zuñiga
*** “CANTIFLAS TUVO INICIOS EN XALAPA, POR ESO LES COMPARTO A LOS 4 VIENTOS PARTE DE ESA HISTORIA DE UN JOVEN DE 16 AÑITOS QUE SE encontraba desorientado, sentado en la banca del parque Juárez. Se llamaba Mario Moreno ¡ah!, pero días antes, Mario estaba de visita en Veracruz, donde trabajaba su padre en la oficina de Correos. Empeñado en que su hijo fuera empleado postal, recomendó y mandó a Mario a practicar en una de las oficinas. Pero eso no era lo que el chico en verdad quería. “Un día llegué tarde –contó Moreno en una entrevista – y el jefe me puso una regañada y yo le dije que no tenía por qué. Que si esto me hacía cuando yo no era empleado, qué no me haría cuando lo fuera. Me fui y fui a dar a Xalapa”. Y sentado en esa banca, Mario se dio cuenta de que frente a él, estaban montando una carpa. Se acercó para pedir trabajo, la mentira fue rápida y exitosa. ¿Y usted quién es? “Soy artista -respondió el joven Moreno ¿Dónde están sus programas?, contestó “Me robaron los programas, la ropa, todo” y de inmediato le dijeron “Véngase esta noche, a ver qué sabe hacer” El primer número -y único hasta ese momento- con el que se presentaría, sería un charleston, con una vieja pijama de su padre, como única indumentaria y una pequeña orquesta -saxofón, flauta y batería- como apoyo. La improvisación llegó cuando el dueño le preguntó que si sólo se sabía ese número y entonces se le ocurrió hacer parodias de las canciones de moda inventando el mismo las letras. Con estos números, Mario Moreno iba presentando poco a poco a su alter ego. “Cantinflas no es un cómico de la rutina. Es el producto de una convulsión social, la convulsión social de la revolución mexicana. Un producto elemental que quiere alternar y conquistar el mundo. Su principal característica se la otorga su época y la gran ciudad, los barrios populares. Es un hombre del pueblo. No es un conformista. Mira la ciudad y se mueve por ella ansiosamente. Quiere subir de la vecindad al rascacielos. Causa risa y se la causa, junto al contraste crítico de todo cuanto constituye la ciudad, tierno y duro, pequeño y grande…” lo describieron en 1961. La historia de Cantinflas comenzó con una experiencia de la vida real, popular, con el estímulo y acogido por el público. Mario nunca estuvo en una escuela de arte, su escuela fueron las carpas. Aquel día, en Xalapa, ni el público, ni el mismo Mario Moreno, se dieron cuenta de lo que estaban presenciando: el nacimiento de Cantinflas, porque una cosa es una cosa…y bueno, no hay que ser
*** QUE RICA ME SUPIERON LOS “CUARTITOS” DE CHELITAS QUE SABOREÉ ALLÁ EN MI ADORA POBLACIÓN DE TLACOTALPAN, en el bar “Blancanieves” lugar atendido por el amigazo Tobías Carvajal que es un anfitrión excelente con los parroquianos y los cientos de visitantes que se quedan con los ojos muy abiertos al descubrir las guayaberas y decenas de fotografías de Agustín Lara, María Félix, ex presidentes de la República, Gobernadores, distinguidos tlacotalpeños -todo son distinguidos- y hasta una mía que me tomó hace años mi íntima Lorena Gutiérrez Hernández al lado de otros inolvidables periodistas que también amaban esa tierra: Ernestito Díaz Reyes, durante una fiesta de la Candelaria. Acabo de estar en ese sitio en compañía de mi cuñado Ernesto y mi hermana Lola que se aventó su “torito de jobo” bien helado y por supuesto no perdía detalle de todo lo que había a su alrededor. Ahí, me dio mucho gusto saludar a Irán Gamboa con su esposa Elda Valenzuela de Gamboa y a Betty Valenzuela entre otros conocidos. Elba nos informó que la Gorda Muñoz Gutiérrez tenía “recalentado” en su casa pues la noche anterior había celebrado su cumpleaños en grande, donde las bebidas y más bebidas corrieron como el río Papaloapan, así que ni tarde ni perezoso Ernesto, Lola y Lorena emprendimos la breve caminata a su casona pintada de rosa, efectivamente la flota ahí reunida con caras de desvelados, pero con un ambiente tlacotalpeño único entre Rosalba Toledo a la cual la note de maravillas, Dulce, Angélica e Ismael Muñoz, como toda su vidas cordiales, María Gutiérrez divertida y claro no podía faltar las nuevas generaciones. La Gorda, que después de diez mil años supe que se llama Pilar, en short y blusa holgada, melena alborotada nos atendió de maravilla con otras cervecitas
*** SIGUIENDO CON MI PASEO -POR SOLO UNAS HORAS- EN TLACOTALPAN, LLEGAMOS A LA CASA DE PICO VILLIN, QUIEN ESE MOMENTO estaba roncando la siesta, nos abrió la puerta notando de inmediato los muebles de reciente creación, unos marcos Divinos y Maravillosos, que decir de un butaque del cual me enamoré ¡Obvio! Fui con Nachita a comprar dulces y solo tenía naranjas rellenas y terminamos la visita de doctor con los Vives-Iñiguez, Débora –acaba de cumplir añitos-, Cristina y Carlos, la charla fue estupenda con risas, miles de comentarios y sabroso cotilleo. Hay que decir nuevamente que los meseros que atienden a la selecta clientela del rstaurante “Doña Lala” los envidiarían en el Hotel Plaza de Paris. Otro saludo y felicitaciones sinceras para Lalo Venegas Naranjo que junto con su flota de amigos el sabadito alegre, festejo su cumpleaños y como debe ser todo un tlacotalpeño seguirá las pachanga hasta el mes de diciembre
*** SI, TUVE GANAS DE ESTAR EN LA DEVELACIÓN DE LA CONTROVERTIDA ESTATUA DE DON PORFIRIO DÍAZ MORI ALLÁ EN ORIZABA, pero la radio me lo impidió, pero mi amiga Gela Frutis de Lara, Charo Piña y Yoyis Flacón de Rivera andaban por eso lares en su labor social de la Asociación Gilberto y coincidieron con el evento, tanto que se hospedaron en el mismo hotel donde estaba una de sus nietas: Mónica Díaz Clese, a la vez muy amiga de Lola Caraza y por supuesto no se perdieron de este acontecimiento.
Lógico, que hay muchas cosas a favor y en contra de este personaje en la cual no voy a entrar en detalles, pero lo que si les afirmo es que la vida social del porfiriato fue de los más naice con nombres, apellidos y fortunas. No existía la contaminación social que nos invade en estos tiempos. Tengo escrito esa etapa de Don Porfirio y doña Carmelita. Cuando quieran se las cuento, por el momento les digo que en Tlacotalpan hay una casa preciosísima que perteneció a Aidee Silva de Carvajal y ahora sus dueños son José Gómez Sañudo y Adriana Malpica de Gómez Sañudo que entre las antigüedades que sobresalen es una vajilla Divina y Maravillosa donde se le servían las viandas a Don Porfirio cuando estuvo en esa tierra.