Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Las velitas y veladoras de Pemex
Aunque para muchos pasó desapercibido, el pasado 7 de junio la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), cumplió 76 años en funcionamiento, con más oscuros que claros, sobre todo en un estado como el nuestro: Veracruz.
En el marco del aniversario se ensalzó que es la mayor empresa en el país así como una de las 10 petroleras más importantes del mundo. Se han dado a lo largo del año buenas nuevas como el haber obtenido la producción más alta de gasolina en los últimos 4 años o la puesta en marcha del Corredor Transítsmico para el transporte de combustibles.
Incluso, el pasado 26 de mayo, desde el puerto jarocho, como parte del Programa de Renovación de la Flota Menor de Petróleos Mexicanos, se efectuó la colocación de la quilla de la primera de 22 nuevas embarcaciones, cuya inversión total ascenderá a 3 mil 400 millones de pesos, según datos de la propia paraestatal.
Sin embargo, son muchos los pasivos ambientales y sociales de la empresa, por lo menos en el estado. Por citarle unos de los ejemplos más recientes, el pasado 25 de mayo se registró una fuga en el gasoducto que va de la plataforma marina Lankahuasa “A”, a la Estación de Procesamiento y Manejo de Gas El Raudal, ubicado en costas del norte de nuestro litoral.
Según su comunicado de prensa, para controlar la fuga fue necesario que al lugar del burbujeo llegara el barco Azteca de posicionamiento dinámico, procedente de Ciudad del Carmen, Campeche; una embarcación única, que cuenta con equipo especializado para buceo a una profundidad superior a 50 metros. Participaron en las labores 8 buzos de Pemex altamente entrenados y capacitados, apoyados desde el barco por personal especialista que monitoreaba y dirigía las operaciones.
Unos días antes, el 15 de mayo, falleció un trabajador de la compañía Tecnologías N-Line Tools de México S.A. de C.V., quien laboraba en la Macropera Remolino 1695, ubicada en el municipio de Papantla, cuando se registró una explosión.
El 16 de abril, Petróleos Mexicanos realizó la revisión de los parámetros de medición en el gasoducto de 24 pulgadas que va de la plataforma marina Lankahuasa “A”, a la Estación de Procesamiento y Manejo de Gas El Raudal en costas del norte de Veracruz, luego de que se detectara un burbujeo marino, en las cercanías de la plataforma.
Cinco días antes se registró un derrame de diesel provocado por una toma clandestina en el poliducto Minatitlán – México, en el municipio de Cosamaloapan.
El 22 de febrero en Omealca, hubo otro derrame de gasolina provocado por una toma clandestina en el poliducto de 12 pulgadas Minatitlán – México. El 16 de diciembre, en Nogales, se dio una fuga de gas en un niple de la válvula de descarga del gasoducto de 24 pulgadas Cactus-Guadalajara, dentro de la Estación de Compresión No. 5 Cd. Mendoza, ubicada en el municipio de Nogales.
Y así, se podría seguir con una larga lista de incidentes. Lo cierto, es que los 13 mil kilómetros de ductos que atraviesan al estado, tienen más de 50 años de no ser renovados, aunado a que somos el estado en donde más robos en ductos se registran.
Ojalá y que de regalo de cumpleaños, le presupuesten muchos millones de pesos para cambiar sus venas.
@YamiriRodriguez