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MÉXICO, DF., 31 de agosto de 2015.- La solución al problema de la migración es que los gobiernos se pongan a dialogar, y en lugar de preocuparse por las drogas o las armas lo hagan por esta problemática mundial, destacó la representante de Las Patronas, Norma Romero Vázquez durante su visita en España, donde se reunió con el padre Isidoro Macías de la Cruz Blanca, conocido como el Padre Patera, quien también lleva muchos años trabajando por los emigrantes.
El Universal destaca que el esfuerzo de Norma Romero y el de otras 14 mexicanas ha merecido la atención del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, al que son candidatas, pues llevan dos décadas trabajando por los emigrantes que se juegan la vida cruzando México para llegar a Estados Unidos (EU).
El objetivo de Las Patronas no se centra sólo en México y este fin de semana Romero llevó su lucha al Campo de Gibraltar, en Cádiz, donde visitó al Padre Patera y mencionó que el inmigrante no debe ser invisible, “que acaben siendo visibles, que no se tengan en el olvido”; subrayó que los inmigrantes de todo el mundo “están pidiendo a gritos ser ayudados”.
La visita de la representante de Las Patronas a España se da en un momento en el que el fenómeno migratorio está creciendo en toda Europa, y pidió a la sociedad “que tenga presente que esa gente no sale por gusto”.
“Nadie quiere dejar de estar con sus familias, sus raíces, sus casas. Eso es muy doloroso, pero además sabiendo que van a llegar a otro país en donde no van a ser bien vistos y en el que no van a tener trabajo”, apuntó, y abundó que “si nuestros gobiernos no dan la solución la tendremos que dar nosotros como sociedad civil”.
Las Patronas comenzaron su labor en 1995 cuando accidentalmente, tras hacer las compras, varios inmigrantes les pidieron comida desde los vagones del tren La Bestia, que recorre México hacia el norte, y desde entonces comenzó una labor humanitaria.
Este grupo da alimentos, ayuda sanitaria y asesoramiento jurídico a miles de emigrantes centroamericanos, de los cuales la mayoría huye de la violencia o la falta de oportunidades en países como Honduras, El Salvador, Guatemala o Nicaragua, y de entidades de México, como Chiapas o Tabasco.