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Ángel Rafael Martínez/80 Años del fallecimiento de Maximino Ávila Camacho
IRRITACIÓN ENTRE LOS VERACRUZANOS
Existe irritación en amplios sectores de la población veracruzana, debido a que en los últimos años no se observa que se esté realizando obra pública que impulse el desarrollo de los pueblos, colonias y de las comunidades en general. Los ciudadanos se preguntan qué está sucediendo con el dinero que pagan en forma de impuestos y exigen que el gobierno los invierta en obras de beneficio colectivo: en servicios básicos, como arreglo de calles, construcción de espacios educativos, centros de salud, electrificación, drenaje, etc.; en obras de infraestructura carretera, puentes, sistemas de riego, vivienda digna, y, desde luego, la gente también exige que el gobierno intervenga para que se generen empleos bien remunerados y, exige también, seguridad para trabajar y vivir en paz. También existe irritación de los ciudadanos, principalmente de la capital del estado, que ven afectadas sus actividades cotidianas por las marchas y plantones que casi a diario se llevan a cabo por los demandantes. Tanto los manifestantes como los afectados exigen un gobierno eficiente, que maneje el erario con transparencia, se utilice para lo que es y poco a poco la sociedad en su conjunto vaya avanzando en la consecución de mejores condiciones de vida.
El Movimiento Antorchista Nacional ha venido diciendo que la causa de esta irritación tiene como base la injusta distribución de la riqueza nacional, porque mientras unas cuantas personas han amasado enormes cantidades de dinero, la inmensa mayoría de los mexicanos viven en la pobreza. Las cifras oficiales del gobierno afirman que el 53% de la población del país vive en la pobreza; pero existen investigadores muy serios e independientes que hablan hasta de un 85% y, de este total, 12 millones viven en pobreza alimentaria, es decir, padecen hambre crónica. Según el Coneval, Veracruz se ubica en el noveno lugar a nivel nacional en pobreza y en el sexto en pobreza extrema, pero en números absolutos, en ambos rubros ocupa el segundo lugar, sólo después del Estado de México. Pero lo peor consiste, en que esta tendencia de desigualdad social no disminuye, sino que va en ascenso, pues cada día hay más pobres, a pesar de las políticas asistenciales que ha puesto en marcha el gobierno federal. También hemos dicho, que el gasto social no corresponde a criterios de equidad, ya que se asignan más recursos a los sectores de la población de mayores ingresos, en lugar de hacerlo en aquéllos en que prevalece la pobreza.
Este gravísimo problema se complica aún más, cuando los puestos de gobierno son ocupados por políticos insensibles a la problemática de los campesinos, los colonos y estudiantes pobres; por políticos que sólo piensan en ellos, en cómo escalar nuevos puestos y cómo enriquecerse en lo personal; cuando en lugar de gastar el dinero del erario en obras de beneficio social, lo toman para hacer política sucia, para cooptar o formar partidos que les sirvan de satélites o para comprar votos en los procesos electorales en los que ellos mismos participan. Seguramente hay mucho de esto en Veracruz y ésta es la causa de la casi nula obra pública en el estado.
Los dirigentes antorchistas hemos firmado infinidad de minutas con los actuales funcionarios de gobierno, minutas que no se han cumplido. Los últimos acuerdos que tomamos con la Secretaría de Finanzas, Espacios Educativos, SIOP y la Secretaría de Gobierno, consistieron en reunir a las constructoras que supuestamente harán las obras solicitadas, llegando a lo siguiente: algunas empresas firmaron los contratos, e incluso, algunas se trasladaron a los lugares en donde construirán y ahí están las máquinas sin trabajar, porque la SEFIPLAN no les ha depositado el respectivo anticipo. A estas maniobras han recurrido los funcionarios para que los colonos, campesinos y estudiantes levantaran sus anteriores plantones, pero de nuevo, todo se ha reducido a un engaño más. Los actuales funcionarios se han especializado en mentir, en cómo ganar tiempo para que los ciudadanos se impacienten y desistan de sus planteamientos, sin darse cuenta, que con sus hechos están irritando más a la población, que ya de por sí no aguanta las consecuencias de vivir en la pobreza y la marginación.
Esta es la razón por la que de nuevo salimos a manifestarnos en las calles, a exigir solución a los problemas de los pueblos y colonias antorchistas, pues todas nuestras peticiones son obras elementales, con las cuales se beneficiarán miles de veracruzanos, antorchistas y no antorchistas, ya que todas son de beneficio común. Sólo se pide lo que por derecho corresponde a todo ciudadano que paga impuestos y que trabaja para generar la riqueza nacional.