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MÉXICO, D.F., 8 de septiembre de 2014.- La cuenta regresiva ha comenzado para que se produzca el referéndum sobre la independencia de Escocia y los nervios están a flor de piel, sobre todo si se considera que las encuestas muestran por primera vez que el ‘sí’ a la independencia toma la delantera por 51 por ciento contra el 19, destaca un sondeo publicado este domingo por The Sunday Times.
La incertidumbre es máxima y las consecuencias de que la secesión pudiera salir adelante serían «severamente negativas para la economía escocesa y británica a corto y medio plazo», según alertó la semana pasada Goldman Sachs a sus clientes.
«El mayor riesgo específico es la incertidumbre sobre si una Escocia independiente será capaz de mantener la libra esterlina, ya que si lo hace, Reino Unido podría sufrir una crisis monetaria como la de la Eurozona», aseguraban desde el banco de inversión estadounidense.
Así, este vuelco en las encuestas está pasando hoy factura tanto al mercado británico como a la libra esterlina en el Forex. La bolsa de Londres se desmarca de la apatía que reina en el resto de plazas europeas y cae cerca de un 1 por ciento con el sector financiero y energético a la cabeza de los recortes.
De hecho, los bancos más sacudidos son Lloyds Bank y Royal Bank of Scotland, que se desploman más de un 3 por ciento cada uno. Las empresas del Mar del Norte dejarían de invertir por la incertidumbre.
Y es que en el caso de Lloyds Bank, aunque la mayor parte de los directivos se encuentran en Londres, la entidad ya ha avisado que trasladaría su sede de Edimburgo a la capital británica en caso de que el referéndum saliera a favor de la independencia.
En el caso de RBS, el 82 por ciento del banco fue nacionalizado con un rescate de 55.000 millones de euros, lo que supone el 200 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de Escocia.
En cuanto a la divisa, la libra retrocedía frente al euro hasta el nivel de 1.24 euros, su nivel más bajo desde junio, y hasta 1.618 frente al dólar, mínimos de diez meses.
Daniel Lacalle, economista y gestor de fondos de la City londinense, asegura que «el riesgo está en el hecho de que si Escocia se independiza no pueda acceder a la libra, con el impacto que ello tendría para la nueva moneda que se tendría que acuñar».
No en vano, ésta sufriría una devaluación de alrededor de un 30 por ciento respecto a la divisa inglesa, lo que afectaría profundamente a planes de pensiones, deuda e inversiones. «Por ejemplo, las empresas del Mar del Norte dejarían de invertir por la incertidumbre.
Compañías del sector energético, como Scotish Power, retrasarían sus inversiones precisamente en un país en el que lo que hacen falta son inversiones, con el consiguiente impacto en el empleo», concluye el experto que cifra en torno al 20 por ciento el descenso de las inversiones. Sin embargo, todo depende del prisma bajo el que se mire.
Desde JPMorgan no tienen una visión tan negativa en este sentido, al menos en lo que al devenir de Escocia se referiría.
El departamento de análisis de la entidad destaca que «la transferencia de la propiedad del petróleo es un factor clave para determinar la manera en la que Escocia se convertiría en un estado independiente».
No en vano, para la firma, los activos en la mayor parte de las reservas del Mar del Norte impulsarían la economía de Escocia en más del 15 por ciento y el nuevo país contaría con un sector energético de, al menos, siete veces más grande que el de Reino Unido en la actualidad.