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Promete Claudia Sheinbaum rescatar la petroquímica en el país
XALAPA, Ver., 10 de marzo de 2016.- Con un chipi chipi que casi llegaba a llovizna, la neblina espesa y el frío cada vez más rudo, y como si fueran a presentar su examen profesional, miles de jóvenes acudieron puntualmente al llamado de la rectora Sara Ladrón de Guevara González, a un acto de protesta ordenado y pacífico que, al cabo de minutos en la Plaza Lerdo, se convirtió en un festín para la juventud, la cual se mostró verbalmente ofensiva contra el Gobierno del Estado y perecía que incitan a la provocación.
Ladrón de Guevara, desinhibida y satisfecha por el “poder” de convocatoria obtenido, caminó algunos kilómetros por las principales calles de la ciudad con la multitud de la comunidad estudiantil de todas las facultades de la Veracruzana.
Se trató de un reclamo por la falta del subsidio del gobierno estatal para la institución, pero con el ingenio y creatividad que caracteriza a los veracruzanos, pues se contó con la presencia de mariachis y el Ballet Folklórico de UV y se entonó el “canto de los esclavos”.
No se vio la intervención del Estado, sólo de algunos agentes de Tránsito auxiliando en la vialidad, personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) y de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) al pendiente por si se presentaba algún disturbio.
La rectora tomó la palabra y, cual mitin político, vinieron las porras y los aplausos por tener “bien fajados los pantalones”.
En la calle, la población que este día salió de su casa por asuntos personales se mostró molesta y algunos comercios fueron cerrados.
Derivado de esta acción la Secretaría de Educación (SEV) suspendió clases en los nivele básico y medio superior.
Aprovechando el mal tiempo y la aglomeración, el comercio informal hizo su agosto. Se vendía paraguas de 180, 120 y 100 pesos, impermeables de 15 pesos, logotipos de la máxima casa de estudios (3 por 20 pesos) y los vendedores de fritangas no se dan abasto.
Pasado el mediodía, cuando el frío ya calaba los huesos, la marcha se diluyó. Hasta el lugar arribó una camioneta del año para recoger a la defensora de los recursos económicos de la UV, mientras unos cuantos siguieron de espectadores para comentar la osadía.