La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Vivienda, déficit y abandono
Durante años, el problema del déficit de vivienda ha crecido de manera exponencial en nuestro país.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de la Vivienda, más de 9 millones de familias mexicanas carecen de casa propia y más de un millón de viviendas requieren sustitución, debido a que su vida útil ha terminado. Adicionalmente, otras 2 millones de casas necesitan ampliación para resolver problemas de hacinamiento y unas 430 mil precisan de trabajos de reparación.
El problema radica en que, evidentemente, las políticas gubernamentales de apoyo a ese sector parecen equivocadas porque las principales empresas inmobiliarias trabajan con números rojos a pesar de la millonaria inyección de recursos públicos: en 2009, el gobierno federal destinó 60 mil millones de pesos dentro del Pacto Nacional por la Vivienda, mientras que en 2010 se canalizaron otros 16 mil millones, para que la cifra del rescate alcanzara los 76 mil millones de pesos.
En materia de inversión pública, sólo el año pasado en el rubro de vivienda se alcanzaron los 12 mil 500 millones de pesos.
Es un tema que en nuestro país adquiere una dimensión preocupante: el déficit obliga a construir 650 mil nuevas casas cada año, tanto por la formación de nuevos hogares como por los problemas relacionados con hacinamiento, deterioro y sustitución de edificaciones antiguas.
El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, Infonavit, tiene casi 300 mil viviendas recuperadas en condiciones de abandono, mientras que especialistas de dicho sector, señalan que en el ámbito nacional existen más de 5 millones de viviendas abandonadas, cuyos propietarios, las personas que contrataron créditos para su adquisición, prefirieron olvidar porque no cuentan con servicios o simplemente porque no tienen capacidad para cubrir sus adeudos.
Ayer, la diputada Mirna Hernández Morales, secretaria de la Comisión de Vivienda en la Cámara de Diputados, apuntó que el abandono de las casas no solo se debe a la falta de pago, sino también al desarrollo de fraccionamientos de interés social en terrenos que las empresas constructoras compraron a bajo precio, pero lejos de los núcleos de población, lo que obliga a sus habitantes a pagar transporte para ir a los centros de trabajo, educación y abasto.
El problema es mayor porque muchos de los nuevos desarrollos de vivienda no cuentan con servicios básicos, como transporte, y en algunos casos, ni energía eléctrica o agua potable.
Debido a esa situación, en el Poder Legislativo se analiza una iniciativa de reforma a la ley, para que Infonavit recupere las viviendas abandonadas en nuestro país, edificaciones que actualmente están convertidas en refugio de maleantes o depósitos de basura.
Por cierto, desde hace tres años, el Infonavit dejó de autorizar créditos en fraccionamientos alejados de las zonas urbanas, al igual que en aquellos donde las empresas desarrolladoras de vivienda no garantizan la infraestructura adecuada y los servicios básicos para la población, un tema que en Veracruz se ha convertido en un problema social y en un verdadero dolor de cabeza para las autoridades por las demandas de servicios por parte de la población, es el caso de Lomas de Santa Fe, fraccionamiento construido por Homex en Xalapa, donde no cuentan con servicios; o La Pastoresa, que no tiene suministro de agua. Son dos de los muchos ejemplos que se observan en Veracruz. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.