Gabriel García-Márquez/Sentudo común
Transporte, la protesta estudiantil
Justo en el puente vacacional de Semana Santa, el pasado jueves 17 de abril, el gobierno de Veracruz y los concesionarios del transporte público pactaron un aumento a las tarifas del servicio urbano de pasajeros.
El incremento fue de un peso en la tarifa general, que pasó de 8.00 a 9.00 pesos, y de 50 centavos para estudiantes, personas con capacidades diferentes y tercera edad, que va 5.00 a 5.50.
Casi una semana después, este miércoles, la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno estatal oficializó el aumento al transporte, en medio de las denuncias y las acciones de protesta de grupos estudiantiles, que hablan de un golpe a la economía de las familias y también de abusos de los conductores de las unidades del servicio público, que aumentaron todavía más las tarifas autorizadas.
Por ello, la dependencia anunció la retención de 58 camiones que violaron los precios acordados.
Desde hace dos años, los concesionarios del transporte han insistido en la necesidad de que el gobierno veracruzano autorice el alza, argumentando que los precios de las refacciones automotrices y de los combustibles suben prácticamente cada mes. No les falta razón; sin embargo, esos aumentos en los insumos se registran en todo el país; y no en todas las entidades, los gobiernos estatales han autorizado un incremento a las tarifas.
En el ámbito nacional no podemos tomar como referencia al Distrito Federal porque ahí el transporte cuenta con un subsidio público; sólo entre 2007 y 2012, la aportación gubernamental fue de más de 47 mil millones de pesos para absorber el costo de ese servicio, fundamental para que la población acceda a las escuelas, los centros de trabajo y las oficinas de servicios.
En Campeche, hace unos días el gobierno estatal autorizó un aumento al transporte para pasar de 5.50 a 7.00 pesos y de 3.50 a 4,00 en el caso de los estudiantes.
En León, Guanajuato, también se registró un incremento en días pasados, pero éste no afectó a los estudiantes ni a las personas con discapacidad, que seguirán pagando 3.70.
En Yucatán también aumentó el pasaje en un peso a partir de este mes. Algunas otras ciudades del país y estados, como Veracruz, hicieron lo propio pero en otras entidades, como Puebla, se les ha negado a los transportistas la petición de incremento. De hecho, la capital de ese estado es una de las que tienen las tarifas del transporte más bajas del país; ahí el precio del pasaje es de 6.00 pesos; en Guadalajara es de 7.00; y en Querétaro, de 6.50.
Probablemente, la tarifa más alta sea la de Monterrey, que va de 3.00 a 10.00 pesos, porque el servicio urbano cobra por distancia recorrida. Hoy, con el nuevo aumento, Veracruz tendrá una de las tarifas más altas de la República.
Aquí, una familia de dos estudiantes y un trabajador que tiene un ingreso de un salario mínimo, de utilizar el servicio urbano, podría destinar hasta 40 pesos diarios en transporte, entre boletos de ida y vuelta.
A ello se deben las protestas de los universitarios que no se sienten representados por la Confederación de Estudiantes del Estado, cuyos supuestos líderes suscribieron el acuerdo para aumentar las tarifas del transporte. A ello se deben, también, las movilizaciones y las denuncias contra el mal servicio, el pésimo estado de las unidades, los altos cobros y los abusos de esas chatarras que ruedan por Veracruz. @luisromero85, http://luisromero85.blogspot.